Muchos conocemos la historia de la famosa “calne de pelo o de cablo” del restaurante chino de la Torocagua, pero muy pocos conocen la historia humana detrás de todo el escándalo; la de Simón Yip, propietario del Tao Yuan, un personaje fuera de serie, divertido, amigable y casi tan catracho nosotros.
Nos dimos a la tarea de conocer más allá de la carne y el arroz del restaurante, fuimos hasta el Tao y platicamos con Simón, quien desde hace casi un mes ha defendido la salubridad de su comida a capa y “cablo”. Digo… y espada.
¿Hace cuánto llegaste a Honduras Simón?
“Llegué a Honduras hace 26 años, en 1991; era un cipote de unos 24 años cuando llegué a suelo catracho”.
¿Hace 26 años? ¿Cuántos años tiene pues?
“¡Tengo 50 años! Aunque parezco como de 30, ¿verdad? Je, je, je”.
¿Cuál es su secreto para mantenerse tan joven?
“Nada de frescos, nada de grasa y poco aceite en las comidas”.
¿Por qué se vino para Honduras?
“Me vine al país con mi madre -que en paz descanse-, pero mi papá, hermanos y unos tíos ya vivían en Honduras. Muchos familiares están enterrados aquí en Honduras”.
¿Sabía algo de español al venir o cómo hizo?
“Llegué sin saber ni una palabra de español, aprendí al ir hablando con las personas, yo platicaba con todo mundo para aprender español, así se fui haciéndome amigo de muchos catrachos”.
Foto: Muchas personas llegan a diario a comer arroz y a tomarse una foto con Simón.
Simón tiene su acento chino, pero se expresa como catracho. “Lo primero que me enseñaron a decir estos hondureños picaros fueron malas palabras, como pendejo, puta… ja, ja, ja… Yo las repetía a todo mundo y no sabía qué estaba diciendo” , recuerda entre risas Simón.
¿Cuál fue su primer trabajo aquí en Honduras?
“Mi primer trabajo fue en el restaurante de mi padre, quedaba cerca del mercado Belén, yo ayudaba atendiendo a los clientes y también cocinada, ¡Soy un chino trabajador ja, ja, ja”.
¿Ahh y dónde aprendió a cocinar?
Yo aprendí a cocinar cuando apenas tenía 15 años gracias a los maestros que me enseñaron los secretos de la cultura y cocina china.
Foto: Amigos se hacen presente a comer arroz en el restaurante de Smón, ubicado en la colonia Torocagua.
Fue aprendiz de cocina en china… ¿Y de Kung Fu?
Sé kung fu, es tradición en china que familia te pase los conocimientos. Sé pelear kung fu.
¿Conoció el amor aquí en Honduras?
“Sí, aquí la conocí, yo estaba sirviendo en restaurante de papà, ella iba varias veces porque yo le gustaba, ja, ja, ja, y así nos enamoramos”.
“Después ella se fue a Canadá con hijos nuestros, pero estamos bien”, cuenta con una sonrisa Simón.
¿Le gusta andar de fiesta o salir de parranda?
“Uyyyy, cuando era joven sí, salía a fiestas, sólo dormía 2 horas y era fuerte, ahora ¿Con qué tiempo? Trabajo de ocho de la mañana a diez de la noche, por eso no tengo novia.
¿No tiene novia hondureña entonces?
“Ja, ja, ja hondureña no, no puedo, porque catrachas pijenan mucho, salen todos los fines de semana y yo no puedo ya ja, ja, ja”.
Foto: Simón es una persona muy amable y platicadora. Aquí nos contaba de las chicas.
Simón nos confesó que ya varias chicas catrachas le han pedido que sean novios, pero que él simplemente se ríe, les agradece y les dice que lo siente porque no tiene tiempo.
Asegura que nunca había tenido problemas con nadie y que es hasta ahora que le han “fregado la vida”, pero a pesar de eso siempre trata de estar de buen humor.
¿En qué parte de Honduras ha vivido o visitado?
“Siempre he vivido en Tegucigalpa, pero me gusta mucho Copán, he visitado Olancho y otros lugares de Honduras”.
¿Come comida catracha?
“No como mucha comida hondureña por salada que es, he comido muchas comidas típicas, pero no como mucho y aún no me acostumbro a las baleadas”.
Mañana, Simón nos habla del drama que ha vivido desde que la Fiscalía -irresponsablemente-, dijera que en su restaurante habían encontrado carne de perro. Además, nos da su receta para cocinar el “cablo”.
MIRA LA SEGUNDA PARTE DE LA ENTREVISTA AQUÍ
Fotos: El arroz estaba riquisimo. Simón nos acompañó durante el almuerzo.
Foto: Karla Oseguera disfrutó cada bocado escuchando las divertidas historias de Simón.
Foto: Nuestro Comunity Manager Frank Aguilera quedó sorprendido de lo rico del arroz de Simón.
