Cuatro mil 300 ochenta y cuatro aficionados sufrieron aburrimiento en el Estadio Morazán de San Pedro Sula. Un partido sin luces, sin buen fútbol y con la participación especial como “protagonista” de la obra: Armando Castro, que amonestó hasta la señora que vende baleadas en las graderías.
Sinceramente a Real España le faltó de todo, toque, fútbol, hilar jugadas completas y de hecho se notó en la posesión de balón donde la tuvo la mayor parte del tiempo el Honduras de Progreso.
Con el reglamento a favor, cualquier estaciona el bus, juega caminando y a que no le hagan gol y por el reglamento se va de forma mediocre a semifinales. Tal es el caso de Real España que viene se salir campeón, pero con ese fútbol no asusta a nadie.
La regla que debería adoptar la Liga Nacional en caso de seguir con este formato que premia la mediocridad es que los clasificados a repechaje únicamente tengan ventaja en cerrar en casa y que si hay empates se vayan a tiempo extra y si persiste a penales, de esa manera mejorarían el nivel de juego de la repesca y el espectáculo sería distinto, agradable.
Cero fútbol en el Morazán.
Al final ambos equipos terminaron con un hombre menos, tras la expulsión de Lisandro Gutiérrez del Honduras Progreso y de Cristhian Altamirano.
Real España se enfrentará a Marathón en semifinales.
¡Ojo con las barras!
Alineaciones:
Real España: Kevin Hernández, David Velásquez, Mario Martínez (A. Tejeda 45´), Allans Vargas (F. Arévalo 67´), Domingo Zalazar, Jorge Claros, Iván López, Edder Delgado, Odis Borjas, César Oseguera, Jhow Benavidez (C. Altamirano 75´).
Honduras Progreso: Marlon Licona, André Etiene, Juan Delgado, Frelys López, Marciano Acevedo, Franklin Morales (J. Cardona 67´), Edwin León (F. Elvir 80´), Roy Smith, Pablo Mencía, Lisandro Gutiérrez y Carlos Sánchez.