El arbitraje hondureño despide a una de sus máximas exponentes. Melissa Pastrana, pionera y referente en el arbitraje nacional, ha decidido colgar el silbato tras una trayectoria ejemplar que marcó un antes y un después en el fútbol de nuestro país.
Desde sus inicios, Pastrana desafió las barreras y rompió paradigmas en un mundo dominado por hombres. Con su carácter firme, imparcialidad y conocimiento del reglamento, se convirtió en un modelo a seguir para futuras generaciones de mujeres que sueñan con dirigir encuentros de alto nivel.
Su carrera estuvo llena de hitos importantes. Sus primeros arbitrajes fueron en la Copa de Algarve en Portugal en 2013, y luego participó en torneos como los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014 y el Campeonato Femenino Sub-20 de 2014 en Islas Caimán.
En 2015, se convirtió en la primera árbitra hondureña en participar en una Copa Mundial Femenina de Fútbol, dirigiendo un encuentro en la Copa Mundial Femenina de Canadá 2015.Uno de sus mayores logros fue el 4 de abril de 2019, cuando fue designada para dirigir el Clásico Capitalino entre Olimpia y Motagua, convirtiéndose en la primera mujer en arbitrar dicho encuentro.
Posteriormente, el 26 de mayo de 2019, hizo historia nuevamente al ser la primera mujer en dirigir una final masculina en Honduras, el partido de ida entre Olimpia y Motagua. Además, fue árbitra en la Copa Mundial Femenina de Francia 2019 y en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En 2023, fue seleccionada para arbitrar en la Copa Mundial Femenina de Fútbol de ese año.
Sin embargo, su retiro no estuvo exento de controversia. En una emotiva carta, Pastrana reveló que, en los últimos años, fue apartada poco a poco de las canchas y que el arbitraje hondureño ha favorecido a un pequeño grupo privilegiado, lo que la llevó a tomar la decisión de retirarse. Pese a las dificultades, destacó su agradecimiento a las personas que la apoyaron y la ayudaron a alcanzar los más altos niveles del arbitraje mundial.
El retiro de Melissa Pastrana deja un vacío difícil de llenar, pero su legado continuará inspirando a nuevas generaciones. Su labor no solo abrió puertas para las mujeres en el arbitraje, sino que también elevó el nivel del arbitraje hondureño en el contexto internacional.
Desde el mundo del fútbol, solo nos queda decir: ¡Gracias, Melissa! Gracias por tu entrega, por tu valentía y por demostrar que los sueños se pueden alcanzar con disciplina y pasión. Honduras siempre recordará tu contribución y ejemplo.
Que este nuevo capítulo de tu vida esté lleno de éxito y satisfacciones.