Un largo recorrido desde la frontera de Estados Unidos y México, cruzando por Guatemala, y El Salvador con destino a Honduras, donde Shin Fujiyama, el japonés con corazón catracho, culminó hoy 4 de noviembre su reto 3000 kilómetros, en la ciudad de El Progreso, Yoro.
Un desafío interpuesto por el mismo nipón catracho, donde en su sueño de construir 1,000 escuelas, buscó recolectar lo suficiente para 10 de estas y con ello dar a los niños hondureños mejores condiciones para estudiar y mejorar con ello también la calidad de esos aprendizajes de manera digna.
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Tras que, “El Héroe sin capa”, llegará a El Progreso, fue recibido calurosamente por los niños y adultos de la ciudad, los cuales demostraron la alegría y agradecimientos de todo el pueblo hondureño por su sacrificio y hazaña en favor a la educación Hondureña.
“Espero mi historia los ayudé a crear en sus sueños y que todo es posible, hoy corro por los niños de Honduras, mañana ustedes corran por sus sueños”, comentó Fujiyama tras lograr concretar un reto que tanto miedo le causó al inicio y que tras tantas dificultades logró completar.
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El pueblo de Honduras, sin duda, debe empezar a ver la educación con mayor amor, dedicarle tiempo y sobre todo valorar lo que se tiene y lo que hacen personas como Shin en su búsqueda de mejorar el futuro de aquellos que serán los sucesores nuestros; mostrando los valores y el esfuerzo como algo que replicar y aspirar a lo grande. Esto es algo que Fujiyama logró, rompiendo sus propios límites, así como rompió sus propias fronteras por aprecio a nuestro país y tal cual lo hizo con la de los países que unió a su causa en el reto 3,000 km. Muchas gracias, por todo y más.