El comercio hondureño sigue traspasando fronteras. Entre los productos que están conquistando otros países, están los famosos sombreros de junco de Santa Bárbara, estos, han adquirido notoriedad y aceptación en las personas que se han atrevido a comprarlos.
Estos sombreros son confeccionados directamente a mano, haciéndolos aún más especiales, por el tiempo que llevan de elaboración y también porque se han destacado como obras de arte, ya que ciertos artistas dibujan y pintan obras culturales sobre ellos.
Recientemente, el Instituto Hondureño de Turismo (IHT), destacó que, estos emprendedores han logrado cruzar fronteras con el junco llegando a Nueva Orleans, teniendo una aceptación de un 100%, y esto genera empleo para seis familias, que están elaborando el producto y lo están enviando a los Estados Unidos.
El arte de tejer y trabajar el junco es una fuente de ingresos importante; además, la tradición de la elaboración de productos a base de junco ha contribuido a preservar la identidad cultural de la región y a fortalecer los lazos de la comunidad.
Al mes estos emprendedores generan de cien a doscientos sombreros de junco y se tardan hasta tres días en crear un hermoso arte; las historias que cuentan los artesanos conmueven al visitante que llega a comprarles o simplemente a admirar su talento.
La artesanía de los sombreros de junco en Santa Bárbara tiene profundas raíces en la historia de la comunidad. Durante generaciones, las mujeres han aprendido y transmitido el arte de tejer sombreros de junco de madre a hija. Siendo este oficio una entrada economica de mucha importancia.
En Santa Bárbara, el sombrero de junco es más que un producto o una artesanía, es algo que tiene un valor único, ya que, la confección tiene un proceso ancestral, que involucra a diferentes generaciones de la familia en todo el proceso.