Las barreras se superan, es como una ley de vida. Para muestra de ello, en las recientes graduaciones de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) hubo un graduando que llamó la atención de todos por andar a mano un casco color blanco que decía “Un albañil también tiene “derecho” de cumplir sus sueños”.
El nombre del albañil es Geovanny Alonzo quien, como dicen en el barrio, andaba “trajeado” porque había llegado un momento que siempre soñó en su vida, tener su título universitario que lo acredita como un abogado.
Nos comunicamos con él pasa saber su historia y contó que para entonces sus jefes le dieron posada en la capital, ya que, es originario del municipio de Ojojona. Fue para 2014 cuando el hondureño comenzó sus estudios en la UNAH.
Trabajó por unos meses y después fue mesero en el Hotel Honduras Maya, no obstante, la casa en la que vivió fue demolida, por lo que tuvo que buscar otro lugar para vivir y, de paso, también comenzó a ser albañil. “En ese tiempo trabajaba de 7:00 de la mañana a 4:00 de la tarde. Solo podía llevar clases de 5:00 a 9:00 de la noche”, recordó.
Antes ya había estado como ayudante de albañil, pero en 2014 comenzó a ser maestro de obra. “Puedo leer planos, puedo sacar ‘minutas’ como lo llamamos nosotros los albañiles, sacar presupuesto, y cosas así. He llevado trabajos bastante grandes que requieren bastante conocimiento de construcción y gracias a Dios las he podido llevar”, señaló.
¿Por qué escogió la carrera de derecho?
“Es algo que me apasiona desde niño. Siempre me gustaba como actuaban los abogados, como vestían, y todo lo relacionado con lo que son ellos, lo que somos nosotros ahora ja, ja, ja”.
Además, dio a conocer que su deseo es apoyar a quienes son de escasos recursos económicos. “Si algún día llegara a ejercer, poder apoyar a la gente que viene de abajo, a la gente que se le violentan sus derechos laborales, que es lo que bastante uno como empleado tiende a sufrir”, declaró.
Su familia le acompañó en su graduación, el final de un largo camino para obtener la licenciatura. Y, no menos importante, se graduó como excelencia académica, como Cum Laude. Y le preguntamos sobre ese momento de estar sentado ante mucha gente en el Palacio de los Deportes en la ceremonia en la que se entregan los títulos.
“Antes de ir a recibirlo sentía ansias, temor, miedo, era como que estaba soñando. Siempre quise ya estar graduado, pero cuando se llega el momento es inolvidable porque tanto sacrificio, tanto esfuerzo… tenerlo significa mucho, significa que se logró lo que un día estaba solo en sueños y se pudo lograr, gracias a Dios siempre”, dijo con satisfacción.
“Que estudien, que luchen, que se preparen. Nunca me voy a arrepentir de haber estudiado, siempre se lo he dicho a mi familia, a los adolescentes que están en mi casa en Ojojona”, dijo el joven que a sus 28 años cumplió su sueño con mucho sacrificio.
Y este es un ejemplo más de superación para todos aquellos que dicen no pueden. ¡Felicitaciones, Geovanny!