Si hay un prócer que destaca entre todos por el amor que tuvo a nuestro país, es sin duda alguna Francisco Morazán, quien hasta el último día de su vida demostró su amor a Honduras y a toda Centroamérica.
En el transcurso de su vida, Morazán escribió muchas frases que, tiempo después, son recordadas por todos los hondureños y centroamericanos. Hoy repasamos algunas de ellas.
‘‘DECLARO: que no he merecido la muerte, porque no he cometido más falta que dar libertad a Costa Rica y procurar la paz de la República. Por consiguiente, mi muerte es un asesinato, tanto más agravante, cuanto que no se me ha juzgado un oído. Yo no he hecho más que cumplir con las órdenes de organizar la República’’. Extracto sacado de su testamento.
‘‘DECLARO: que mi amor a Centroamérica muere conmigo’’. Es otra parte que pertenece al testamento que escribió en Costa Rica junto a su hijo.
‘‘Excito a la juventud, que es la llamada a dar vida este país, que dejo con sentimiento por quedar anarquizado, y deseo que imiten mi ejemplo de morir con firmeza antes de dejarlo abandonado al desorden en que desgraciadamente hoy se encuentra’’. Es otra parte del testamento, mismo que, según apuntan varios historiadores, fue escrito en dos ocasiones.
‘‘Cuando un funcionario público trata de encubrir con las formas judiciales la satisfacción de sus agravios personales, aún existe la esperanza de que vuelva al sendero de la ley; pero cuando el descaro se asocia a la venganza, la esperanza desaparece, porque entonces el espíritu de Sila, obra en la voluntad del gobernante’’. Morazán siempre fue partidario de que los gobiernos fueran transparentes en sus gestiones.
‘‘Siempre he creído que el que no aspira a engañar debe presentarse al pueblo con sus propios colores’’. Dijo el hondureño, quien ocupó cargos presidenciales en sus últimos años de vida.
‘‘Puede, sin descrédito, un ciudadano sacrificar sus opiniones particulares al cumplimiento de sus deberes como hombre público: esto es posible. Pero no puede voluntariamente colocarse, sin mancillar su reputación, en la difícil alternativa de faltar a sus juramentos, o causar las desgracias de su patria’’.
‘‘La grandeza de un pueblo no se mide por la extensión de su territorio, sino por la dignidad y el honor de sus hijos’’. Se refirió alguna vez el prócer.
‘‘La educación es patrimonio del pueblo’’. Morazán como un autodidacta, siempre creyó que todos los ciudadanos deberían tener acceso gratuito a la educación.
‘‘Si los Centroamericanos logran satisfacer sus vehementes deseos, gozarán sin duda del precioso fruto que les ha proporcionado sus desvelos’’. Fue uno de los importantes mensajes que dejó a todos los habitantes de los cinco países.
Estas son algunas de las frases más recordadas por el General Morazán, quien nació en Tegucigalpa el 3 de octubre de 1792 y murió fusilado el 15 de septiembre de 1842 a los 49 años.