En estos últimos días, sobre la capital hondureña han caído intensas lluvias que provocan una disminución en las altas temperaturas, al igual que ayudan a apagar los incendios que están en los bosques. ¿Pero es lluvia buena?
Todavía no comienza el invierno, por lo cual, los torrenciales aguaceros registrados en estos días se le conoce como ‘lluvia ácida’. Estos diluvios son producidos por la contaminación atmosférica cuando los gases procedentes de la quema de combustibles reaccionan con el oxígeno del aire y el vapor de agua, mismos que se transforman en ácidos que transporta la lluvia.
Los gases presentes en elevadas concentraciones son el ácido sulfúrico y nítrico. Por tal razón, esta lluvia es nociva y roba los nutrientes esenciales del suelo, provocando la liberación aluminio, lo que dificulta la absorción del agua por parte de los árboles. De igual modo, los ácidos también dañan las agujas de las coníferas y las hojas de los árboles.
Y si eso provoca a las plantas, también a nosotros como personas nos puede perjudicar, por eso no tenemos que exponernos a esta lluvia. Y si es muy necesario salir, cúbrete con paraguas, gorra, chumpa o algún capote para protegerte de los daños que podría provocar a tu piel y tu cabello.
En estructuras, la lluvia ácida también afecta al patrimonio artístico, histórico y cultural, ya que, corroe los elementos metálicos de edificios e infraestructuras y deteriora el aspecto externo de los monumentos al depositarse sobre ellos.
Las lluvias podrían continuar sobre Tegucigalpa en estos próximos días y hasta que no mejore la visibilidad, será dañina para todos, incluyendo animales, especialmente los acuáticos.