Cuando hablamos de migración pensamos nada más en la que hacen aquellos hondureños hacia Estados Unidos u otro país, pero también está la de quienes desde comunidades costeras llegan hasta ciudades como Tegucigalpa, en busca de un sueño.
RadioHouse promoviendo historias de hondureños cinco estrellas, tiene el gusto de presentar la historia de Abraham Güity, un joven garífuna apasionado por la música salsa y que sueña en grande desde que era un niño.
Originario de la comunidad garífuna de Corozal, en La Ceiba, Güity (34) nos acompañó para hablar acerca de su vida, haciendo un espacio en su apretada agenda. Desde los 12 años vive en la capital, tras que, su familia viniera buscando una mejor oportunidad. “Nunca dejo de ir a mi pueblo, no puedo estar sin ir un año”, dice sonriente, recordando que en la recién Semana Santa anduvo por allá.
El saxofón es su instrumento musical preferido desde que estaba en la adolescencia. “En la iglesia yo miraba tocar a quien era mi maestro y fue ahí que me enamoró el saxofón. En mi último año de bachillerato yo me imaginaba como que iba tocando”, recordó mientras con sus dedos acariciaba el instrumento con el cual llegó a la entrevista.
Abraham se desempeña como maestro de música desde el año 2010, tras haber estudiado en la carrera de educación artística en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán. Curiosamente, nos confesó que antes por su mente cruzó estudiar periodismo, pero ya su corazón se había decidido.
En la Nashville School imparte clases, pero también de forma privada enseña piano, saxofón, guitarra, entre otros instrumentos. “Yo estudié saxofón como principal instrumento, tengo noción de batería, algunas percusiones y la percusión garífuna”, señaló.
En este tiempo, estando en la cátedra, le ha tocado ver cómo jóvenes talentos se pierden, a veces por desinterés del estudiante o porque no tiene los recursos para tener un instrumento, pero también está el otro lado de la moneda, ya que, algunos sí logran ir al Conservatorio Nacional de Música o a la Escuela Nacional de Bellas Artes, generando una satisfacción hacia su persona al ver crecer a un exalumno.
Aunque ser maestro fue algo que se dio porque en la música, enseñar es parte dé. “No me imaginé nunca”, dijo con risas. Por cierto, estudiar una maestría es parte de las metas que tiene trazadas a futuro.
Por otro lado, desde hace 11 años es parte de la Agrupación Latina La GuaGua y, en la actualidad, viven un momento especial porque ya está grabando sus melodías para próximamente sacar su primer recopilado.
“Yo fui el de la iniciativa porque mi maestro me llevó a ver un grupo que se llama Son de Tepas y yo desde que tengo una primera impresión de algo me gusta seguir esa línea, entonces desde ahí se me quedó el experimentar un poco de esto de la salsa”, mencionó al preguntarle cómo se organizó la banda.
Son un total de 12 integrantes los que son parte de la banda y en varios bares han estado tocando, al igual, tuvieron la oportunidad de tocar en las Villas Navideñas, ahora llamadas Plazas Navideñas. No obstante, nos mencionó que en Honduras no es fácil incursionar en la música, por esa razón, nosotros como hondureños debemos apoyar a nuestros compatriotas que se atreven a hacerlo.
En cuanto al nombre del álbum, todavía lo están pensando como grupo. “Estamos con lluvias de ideas y vamos a tener 10 canciones, en las cuales estamos trabajando. Hay tres de mi autoría, como tres o cuatro del otro productor y hay un tema que nos mandó un amigo nuestro, un dominicano”, mencionó.
Willie Colón y Rubén Blades don los personajes que nos mencionó como fuente de inspiración, quienes son pioneros dentro de la salsa, junto a Celia Cruz. Como miembro del grupo, espera que las disqueras escuchen sus canciones y que el barco tome rumbo hacia el éxito.
Obviamente, la punta, al igual que otros ritmos de su cultura, van antes que la salsa, solo que, nos comentó que, “la música garífuna se ha vulgarizado mucho, entonces los proyectos serios no son tomados muy en cuenta”.
Son 226 años que se celebraron este 12 de abril de que los garífunas llegaran hasta nuestro país. Curiosamente, un tío de Abraham se dio la tarea de buscar por completo el árbol genealógico de la familia y pudo dar con el nombre de quien llegó desde San Vicente hasta Honduras, así como lo lee, y el nombre era Justiniano de Carlo.
Por tal razón de celebrar esta fecha le preguntamos qué se sentía ser garífuna y nos respondió sin pensarlo dos veces. “¡Es lo más grande que me ha pasado! Es un orgullo ser garífuna y nunca voy a dejar de decirlo, siempre me gusta mencionarlo, siempre me gusta resaltarlo”, expresó con mucha emoción.
Aprovechando el momento, pidió más apoyo para las comunidades por parte del gobierno, ya que, en pleno 2023 “hay zonas en las que no hay energía eléctrica” y, por eso, y varias razones más, “el garífuna por eso sale de su pueblo”. Que lleguen buscando a quienes son inteligentes, músicos, pintores, deportistas y trabajadores, y no solo por entretenimiento, nos señaló con euforia.
Por último, Abraham Güity aupó a los que están dentro del mundo de la música. “Sigan sus sueños, que aunque se ponga difícil el camino, que se avienten porque no hay anda más hermoso que la música. La música es el idioma universal”, concluyó.