Un trabajo que de a poco tomó mucha relevancia en Honduras es el barismo, persona que se encarga de hacer un café aplicando sus conocimientos para realizarlo con distintos métodos y en diferentes presentaciones. Por eso, hoy 1 de abril en el Día del Barista te presentamos la historia de la hondureña Udy Amador.
“Para mí el café significa vida porque desde que soy pequeña el café ha sido parte de mí. No me imagino sin café en mi vida”, comenzó diciendo en referencia a qué significaba para ella esta bebida muy tradicional en Honduras.
En ese sentido, no es difícil entender que las mañanas de la joven barista comienzan con una rica taza de café, misma que nos comentó la prepara con método filtrado. En el trabajo también bebe muchas tazas, así que, no solo sangre fluye por sus venas.
Y como en nuestro país hay café de excelencia, le consultamos en dónde recordaba haber degustado el mejor. “Recuerdo cuando empecé, probé un café en Las Capucas, en Santa Rosa de Copán y es el café que más me ha marcado porque cuando lo probé me llevó a recuerdos de mi infancia, fue superbonito”, recordó.
Udy entró en este mundo hace diez años, curiosamente, por recomendación de Jacobo Hernández. Al comentarnos la historia, entre risas, nos dijo que para ese tiempo hacer figuritas en el café era de lo más importante, sin embargo, años después da fe que no es así, es todo un proceso.
“Me mandaron a capacitar a Santa Rosa de Copán con Jorge Altamirano, que es dueño de una cafetería allá que se llama Kaldis Koffee, muy buena. Dos semanas estuvimos aprendiendo”, recordó con entusiasmo.
Entre otras cosas, la catracha ya ha tenido la oportunidad de estar en campeonatos de barismo, aunque el primero básicamente sirvió como nada más como una gran experiencia. “A mí me dijeron “no se preocupe, que usted va a aprender” y así fue. Había gente superprofesional, dedicados exclusivamente a sus fincas, y fue muy bonito porque la gente me brindó su apoyo”, señaló.
Antes de ser barista, Amador estudiaba la carrera de Química y Farmacia, pero el barismo le robó su corazón y abandonó la universidad, sin embargo, ahora sus planes son especializarse todavía más con los procesos del café. Una de esas metas es ser catadora, pero lamentó que en Tegucigalpa no hay cursos profesionales acerca de ello, todos son en Santa Rosa de Copán o si no hay que ir hasta El Salvador.
De momento, tiene certificado de barista intermedio por parte de la Asociación de Cafés Especiales (SCA, por sus siglas en inglés), mismo que es avalado a nivel internacional. Gracias a su talento, ha participado en cinco campeonatos de barismo y su deseo es un día representar a Honduras en uno de estos.
La hondureña tiene dos métodos favoritos para hacer café, uno se llama Chemex y al otro se le conoce como AeroPress. “En el AeroPress el café es más concentradito, si se puede decir de alguna manera, es como el expreso de los métodos. Y el Chemex porque es más suave y dulce para tomar el café”, apuntó.
Antes, cuando tomaba sin conocimientos el café, le gustaba tomarlo con leche y con un poco de azúcar, ya que, no es fanática de lo dulce. “Ahora full café negro o de método, uno se vuelve exigente, o sea, hasta le puede afectar su salud cuando hay gente que padece de acidez en el estómago, puede ser por consumir mal café en toda su vida”, mencionó.
La pasión por el café es tanta que hasta tiene tatuajes en su brazo. “Decidí que en el brazo derecho iba a ir todo lo relacionado con el café porque es a que más utilizo para prepararlo. Gracias a Dios donde he estado con los trabajos no se han metido a rollo con los tatuajes”, declaró mientras nos mostraba cada uno de los que tiene, mismo que son dibujados por ella junto a su esposo para que posteriormente el tatuador los realice.
¿Qué es lo mejor de ser barista en Honduras?
“Creo que es el poder explicarle a las personas lo increíble o lo bonito que es pertenecer a un país que tiene un café de tan buena calidad. Yo a veces escucho que Colombia, que Brasil, que aquí, que allá, que son los países con mayor demanda se podría decir, pero nosotros somos de los mejores”, dijo con gran orgullo.
Udy trabaja en La Crepería de la colonia Tepeyac y son muchos quienes la buscan para que ella les haga su café, uno de ellos, el director de RH Media, Frank Aguilera, “El café de princesa, ja, ja, ja”, ironizó la barista en referencia a cómo toma café él. Amador se toma el tiempo para realizar una taza, ya que, mide muchas cosas, como el peso, tiempo, cantidad de café, textura de la leche y temperatura. “Uno nunca deja de aprender”, concluyó.
El Día del Barista tiene sus precedentes en México y en diversos países se ha tomado a bien fijar el 1 de abril como la fecha especial para los baristas. Udy nos preparó un café con el método Chemex, el cual, estaba muy delicioso sin contar con azúcar.