El 3 de febrero de cada año se celebra el hallazgo de la Virgen de Suyapa, Patrona de Honduras, fiesta que muchos feligreses de todo el territorio nacional esperan con ansias y que hacen todo lo posible por estar presente en este día tan eufórico.
Autores de una historia en una noche de febrero
Los protagonistas de este momento histórico fueron el agricultor Alejandro Colindres y el joven Lorenzo Martínez Calona, quienes después de una ardua labor regresaban a la aldea de Suyapa. En esa noche de febrero de 1747 en la aldea El Piligüin, Colindres cargaba alrededor de la cintura una imagen tallada, la cual, tendría un significado que sería una noticia que transcendería en ese momento.
La imagen de la virgen, tallada en madera de cedro era diminuta, de piel morena, rostro ovalado y con las manos unidas en actitud de oración. En cuanto al color de la vestidura era un rosa pálido, cubierta por un manto oscuro adornado de estrellas doradas y alhajas.
La familia Colindres eran devotos a la religión católica, y quienes veneraban a la Virgen por la fe que tenían puesta en ella. De este modo, optaron por darle el valor que se merece y la colocaron en una mesita, decorada de flores. La imagen de la Virgen luego fue puesta en una habitación que daba lugar como a una capilla, donde muchas personas la visitaban y depositaban su confianza, se despojaban de sus cargas y preocupaciones.
El primer milagro de 1768
La fe jugó un rol muy importante en la vida de don José de Zelaya, un militar y dueño de la hacienda “El Trapiche”, quien llevaba mucho tiempo enfermo y sufriendo a causa de unos cálculos renales. Isabel Colindres se ofreció en presentarle la imagen de la Virgen para que pidiese su petición.
Don José aceptó en recibir la imagen para poner su confianza en la Virgen, y de este modo recibir su milagro de sanidad, pero a su vez él prometió construirle a cambio una capilla. Tres días después recibió su milagro al desechar tres piedras por vía urinaria, el causante de su dolor.
Los fondos para construir una capilla fueron recaudados por la familia Colindres, y para el año 1777 ya estaba completa. El Pontífice Pío XI declaró a la virgen como Patrona de Honduras, bajo el título de Nuestra Señora de Suyapa en 1925. El 3 de febrero fue declarado como el día en el que sería su celebración, en el cual muchos feligreses harían sus promesas a cambio de un milagro. La construcción de la Basílica de Suyapa se dio por terminada en el año 1950.