Si algo caracteriza a una mujer, es su fortaleza y valentía ante cualquier situación en la vida, las ganas de salir adelante y el amor que le pone a todo lo que hace, por este motivo, en esta semana presentaremos un especial resaltando a brillantes mujeres que se desempeñan en diferentes áreas, y en este día tan especial para las damas hondureñas, iniciamos contando una historia de inspiración y esfuerzo.
La Plaza del Aeropuerto fue el lugar en donde esperamos a nuestra entrevistada, quien llegó hasta el sitio pactado en una motocicleta, puesto que este es su medio de transporte para trabajar. Inmediatamente, nos saludó, y cuando se quitó el casco, pudimos ver la gran sonrisa que iluminaba su rostro.
Se trata de Vanessa Reyes, una mujer de 38 años que es madre tres hijos, de 20, 17 y 12 años. Inicialmente, nos comentó que fue complicado sacarlos adelante, debido a que no tuvo la ayuda del padre de los jóvenes, pero que hoy, dos de ellos ya están graduados del colegio.
“Al ser madre de adolescentes hay que tener mucha mano firme con ellos, a los hijos hay que darles amor y rigor al mismo tiempo, también saber guiarlos y aconsejarlos”, manifestó Vanessa.
Quizá por las fotos ya hayan notado cuál es el trabajo de esta guapa mamá, sí, es delivery o repartidora de Hugo, empresa en donde ya tiene casi tres años trabajando. Con una rutina de 9 de la mañana a 10 de la noche, Vanessa sale a las calles con su moto en busca del sustento diario para su familia.
¿Es complicado trabajar en un ambiente que en su gran mayoría está dominado por hombres?
“Sí, al inicio fue difícil, pero no por el aspecto de que me rechazaran, sino porque no conocía mucho, pero gracias a Dios en Hugo tuve unos compañeros, que hasta la vez son los mismos, que fueron un amor conmigo. A veces me perdía, yo lloraba, y me encontraba a un compañero y le preguntaba, entonces él me llevaba hasta donde el cliente, no hubo machismo, siempre fueron bien protectores”, dijo Reyes en un tono de alegría.
Asimismo, agregó que nunca ha sentido discriminación por parte de los clientes, todo lo contrario, la admiran y en ocasiones le dan detalles y la felicitan por trabajar en una área tan pesada.
Hasta el día de hoy, muchas personas siguen creyendo que una mujer no puede hacer lo mismo que un hombre, independientemente de la labor que sea. Ante esto, Vanessa aseveró que querer es poder, y que todas las mujeres estamos a la par de los hombres. “No por ser mujeres somos el sexo débil, las hondureñas somos fuertes y empoderadas, a mí me ha tocado duro en la vida, por eso soy así”, agregó la carismática mamá.
Y es que si de empoderamiento hablamos, Vanessa rompe todos los tabúes que existen en nuestro país, en cuanto a las actividades que “son para mujeres y hombres”, debido a que desde los 13 años juega fútbol, y destacó que lo hace como portera.
¿Qué es lo más difícil de ser mujer en Honduras?
“No hay respeto, por ejemplo, en mi trabajo, los conductores le tiran el carro a uno, y como me miran mujer y ven que uno no les puede decir nada, no respetan. Ya me ha pasado que me han dejado caer varias veces, por eso tuve la idea de ponerle una colita al casco”, puntualizó Reyes.
Justamente, eso es algo distintivo para Vanessa, la “cola” que tiene su casco es la forma en la que se identifica como mujer, y con esto, busca evitar la agresividad y los insultos de los conductores de Tegucigalpa.
Por otra parte, al momento de preguntarle cuáles son los valores que ella destaca en la mujer hondureña, de una manera muy emotiva respondió que son varios. “Las mujeres somos trabajadoras, luchadoras y comprometidas. A mí me gusta trabajar, no me gusta depender de nadie, soy soltera, pero no dependo de ningún hombre”, puntualizó Vanessa.
De igual forma, aseguró que lo más bonito de ser mujer, aparte de ser madre de tres maravillosos hijos, es que ha aprendido a ser fuerte, y que su trabajo en Hugo ha ayudado en gran parte a eso.
¿Hay alguna anécdota que nos pueda compartir desde que trabaja con Hugo?
Antes de respondernos, entre risas nos consultó si nos contaba una anécdota buena o mala, a lo que posteriormente relató. “Lloré mucho cuando me asaltaron dos veces, y también he tenido dos accidentes, el primero fue cuando tenía dos días de haber empezado en Hugo”, expresó la catracha.
Del mismo modo, nos compartió que luego de ese incidente, su jefe le dijo que regresara cuando se sintiera mejor, y en tono de broma, le aseguró que no duraría ni una semana en Hugo. Ahora, Vanessa recuerda que cuando cumplió el año, su jefe le contaba a las personas aquella anécdota, y como se había sorprendido por la valentía de la “driver”.
Para finalizar, la repartidora de Hugo quiso dejar un mensaje de empoderamiento para todas las mujeres hondureñas. “Échenle ganas, las catrachas somos aguerridas, nosotras tenemos que trabajar, aunque sea con un puesto de tortillas, con tan sea algo digno. Estudien, porque la verdad es que en este país si no tenemos un cartón no valemos, hay que sacrificarse, algunas personas quieren todo fácil y la vida no es así, en Honduras no estamos para estar sentados viendo el celular”, concluyó.
Unos diez minutos más tarde después de haber terminado con nuestra entrevista, a Vanessa le cayó a su celular la solicitud para hacer entrega de un pedido, por lo que se despidió cordialmente de nosotros, se puso su casco y se fue para esa misma zona del aeropuerto a cumplir con su trabajo.
Ahora ya sabes que si pides a través de Hugo App, quizá tengas el gusto de conocerla, o si alguna vez mientras conduces por las calles de la capital, ves a una motocicleta con un casco en el que se distingue una cola, sabrás que se trata de esta trabajadora mujer, a la que hoy le decimos ¡feliz día!