Honduras y el mundo vive una de las épocas del año más coloridas y bonitas. Lastimosamente, en nuestro país son cientos las personas que viven en la pobreza, y viven de lo que ganan del día a día.
En una de nuestras coberturas, decidimos visitar el centro de Tegucigalpa y nos encontramos con don Santos, un zapatero, quien por muchos años se ha ganado la vida con su oficio, haciéndolo de buena manera.
Don Santos lleva trabajando 30 años, trabajo con el cual ha visto pasar todo tipo de zapatos, poniendo en práctica diferente tipo de técnicas, para poder arreglar y solventar los problemas de los clientes.
Personas como Santos, quienes viven de un oficio, dependen mucho de los consumidores, y más en estas etapas denominadas altas, donde el flujo de dinero es más común en el mercado, y ellos pueden ser receptores del mismo.
“Llevo 30 años como zapatero; he estado en diferentes puntos, estando en el centro, el mercado, el parque y ahora que estamos aquí abajo del congreso, esperando que lleguen los diferentes clientes”, confirmó mientras trabajaba.
Para esta temporada y cuando le quedan tiempos libres, don Santos elabora carritos con materiales reciclables, haciendo estos juguetes empíricamente, y vendiéndolos a todos aquellos que gustan de sus diferentes diseños.
El precio de los diferentes carritos puede variar por su tamaño. Pero por lo general tienen un precio de 100 lempiras, siendo un monto razonable, más que todo para poder apoyarlo en su diario vivir.
Asimismo, este hondureño elabora las famosas resorteras o huleras, para aquellos que les gusta probar su puntería o andar cazando los famosos garrobos para poder hacerlos en sopa.
Recordemos que ellos no tienen un trabajo fijo, un salario mensual y mucho menos un aguinaldo para estas fechas, es por eso, que les incentivamos a poder apoyarlos, comprando sus productos o utilizando sus servicios.