Honduras es uno de los países en América Latina que goza de estar en una área privilegiada dentro de la región, debido a la gran cantidad de lluvias que caen año con año, sin embargo, esto también es una desventaja, sobre todo, cuando se habla de cómo el país es un blanco fácil para depresiones tropicales, tormentas y huracanes.
Como bien estará en la mente el recuerdo del 2020 para los hondureños, cuando los huracanes de Eta e Iota azotaron al país, especialmente, mostrando su mayor fuerza en la zona norte del territorito nacional.
Los fenómenos naturales que se forman en el Océano Atlántico se mueven al contrario de las manecillas del reloj, o sea, gira, tomando una dirección hacia el este o noreste en su desplazamiento. En ese sentido, la mayor parte de estas depresiones y tormentas suelen formarse cerca de Suramérica, cerca de las costas de Colombia y Venezuela, arriba del Ecuador.
Si trazamos una línea recta desde Honduras hacia el oeste podemos ver que llega a las costas de los países sudamericanos anteriormente mencionados, haciendo que, cuando estas tormentas llegan a formarse, tengan como punto final nuestro territorio, aunque en ocasiones cambien su dirección, como sucedió recientemente con el Huracán Ian, que cuando era tormenta y se dirigía a nuestro país, tomó un nuevo rumbo, llegando hasta el Caribe y al estado de Miami en Estados Unidos.
En ese sentido, para que el ciclón tome fuerza, necesita de mucha agua, por lo cual, la cuenca del Atlántico es el sitio donde pueden lograrlo. Por esa razón, vemos cómo los huracanes y demás fenómenos comienzan a perder fuerza al momento de toca tierra firme, más rápido aun cuando lo hacen en zonas montañosas; una ventaja de Honduras.
Sin embargo, este no solo es un problema de Honduras, puesto que, Nicaragua, Guatemala y El Salvador también reciben los embates de estos sistemas de alta presión. Costa Rica y Panamá no se ven afectados nada más de manera indirecta con lluvias que dejan sus bandas.
Por eso es que Centroamérica cada año debe prepararse cuando comienza la temporada de huracanes cada 1 de junio hasta el 30 de noviembre. No obstante, a consecuencia del cambio climático, ahora hasta hay récords de tormentas, como ocurrió en 2020, y, además, su fuerza ha ido aumentando en los últimos tiempos, según un artículo publicado en 2020 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Ante ello, siempre debemos dar mantenimiento a ventanas, puertas y techos, además de podar árboles que están cerca de nuestra vivienda, ante la posibilidad de que llegue una fuerte tormenta, y con eso, podremos tener mayor seguridad.