Año con año estamos acostumbrados a que Hollywood nos presente grandes historias con superhéroes que salvan al mundo de catástrofes y del mal que puede acechar, sin embargo, no nos damos cuenta que esas mujeres y hombres de ficción, los encontramos en la vida real, en este caso, en la Cruz Verde Hondureña.
En conmemoración al Día del Rescatista Voluntario Hondureño, damos a conocer la historia de hombres y mujeres que dan su vida por salvar la de alguien más y que, su paga es la mejor del mundo, el agradecimiento del que se ha salvado o que se ha curado.
“La mejor experiencia es la atención al paciente. Saber que ha sobrepasado sus dificultades y que ha sobrevivido a una experiencia”, dijo con orgullo Héctor Gutiérrez (49), quien tiene 29 años salvando vidas. “Es para Dios que lo hace uno, no hay que hacerlo para que los hombres miren y aplaudan, sino que para darle la honra y la gloria a él”, nos comentó Mirian López (59), quien tiene 13 años de ser una heroína en la institución.
La Cruz Verde Hondureña nace un 31 de mayo de 1982, tras que, días atrás, miembros de la Cruz Verde Salvadoreña llegaran a Honduras a brindar apoyo en la zona costera de nuestro país, debido a inundaciones y otros tipos de problemas causados por el paso de la Tormenta Tropical Aletta. Los guanacos dejaron un precedente y catrachos que se sumaron a la causa, idearon la formación de la institución en nuestro territorio.
Actualmente, sus sedes son en Tegucigalpa (colonia Kennedy), siendo la base central, La Ceiba (Sambo Creek), Choluteca, Guaimaca, Orica y Potrerillos. En todas estas zonas, hay cobertura por parte de la institución, desde donde, además, se ofrecen servicios como la toma de presión, se otorgan las tarjetas de salud, inyecciones, revisiones médicas, medicamentos, entre otros. Los mismos tienen un costo simbólico, pero si el ciudadano no cuenta con recursos, no se le niega nada.
“Nosotros lo único que tenemos es esa alcancía que ahí dice “contribución voluntaria” y el que quiera voluntariamente aportar algo, lo hace; ese es el pago nuestro. Además de la satisfacción que nos queda de haber ayudado a esa persona que en ese momento lo necesitaba”, expresó Xiomara Bárcenas, quien preside la base central en la capital y que forma parte del ente sin fines de lucro desde el 2015.
Todas las sedes funcionan las 24 horas del día, por lo cual, si vamos en horas de la madrugada, seremos atendidos con el mayor de los gustos. Por otro lado, Bárcenas nos comentó que otra función que hace la Cruz Verde Hondureña es ir a los barrios para buscar a jóvenes que quizás por alguna razón no tienen empleo o no están estudiando y les capacitan para convertirlos en nuevos rescatistas profesionales.
“Aquí no se excluye a nadie, vienen jóvenes, adultos y personas de la tercera edad; no se hace discriminación de nadie. Ellos después están emocionados con seguir estudiando, por ejemplo, tenemos técnicos en urgencias médicas, licenciados en enfermería que han logrado llegar a trabajar en el Hospital Escuela, San Felipe o El Tórax, auxiliares de enfermería y médicos especialistas en distintas áreas y generales”, señaló muy emocionada Xiomara.
Solo en la capital hay más de 300 voluntarios, además, en estos momentos hay más de 200 solicitudes de personas que desean apoyar como voluntarios, quienes, no solo atienden a quienes lo necesitan, también hacen de conductores, mecánicos y hasta de cocineros.
Héroes sin capa
Hay dos momentos claves en el que recientemente les hemos visto, en el primero de ellos, ofreciendo alrededor de 5 mil traslados en ambulancia a quienes tenían COVID-19, en aquellos primeros meses, partiendo desde marzo de 2020, cuando la enfermedad arrasó con potencia. Luego de eso, se les vio en acción para cuando los Huracanes Eta e Iota en ese mismo año arrasaron, especialmente, en la costa norte del territorio nacional.
Y, aunque su trabajo sea voluntario, hay quienes pueden acceder a un sueldo simbólico, el cual proviene de un presupuesto que proviene del gobierno central, sin embargo, la administración pasada dejó sin pagar lo correspondiente al año 2020, por lo cual, ninguno de ellos vio dinero para llevar a sus casas, pese a que veían cara a cara el peor momento del virus.
El año pasado, hubo un cambio en cuanto a la secretaria que proveía el dinero, pasando de estar bajo cargo de la Secretaría de Gobernación, hacia la Secretaría de Salud, pasando el presupuesto a 5 millones de lempiras, con lo cual, se compran insumos, se pagan servicios públicos y se provee de un sueldo simbólico a los voluntarios.
No obstante, todo el equipo espera que la situación mejore y que se valore el trabajo que se hace dentro de la institución en pro de la sociedad hondureña. Por otra parte, la institución forma parte del sistema del 911, por lo cual, cuando alguna vez necesitemos ayuda y llamemos a la línea telefónica, vamos a tener la posibilidad de ser atendidos por ellos.
Entre los logros más recientes, está el que hace poco se remodeló el edificio, mismo que anteriormente era de madera y estaba sufriendo daños por las raíces de los árboles que están en los alrededores. De granito en granito, la Cruz Verde Hondureña hace magia y hasta milagros, con la ayuda de Dios. Como anécdota, Xiomara recordó que para cuando Eta e Iota fueron a albergues a regalar café a muchas personas, ellos tenían miedo de que no ajustara, pero, de manera milagrosa, todos recibieron su tacita de café y cuando volvieron a la base central, la cafetera todavía tenía café.
Lo mejor de ser rescatista voluntario es “despojarse de lo que uno tiene para dárselo al que no tiene”, expresó emocionada Xiomara Bárcenas. Si deseas apoyar a la institución, puedes hacerlo llegando a hacer una donación en la alcancía que está en cada una de las sedes. ¡Apoyemos a nuestros superhéroes!
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