En estos tiempos, las nuevas generaciones cada vez más están cambiando las tradiciones de antaño, la mujer representa un papel importante en nuestro diario vivir, pues ahora todo es y debe ser igual.
Dicho esto, tuvimos la fortuna de recibir en RadioHouse a la joven hondureña Ankara Alejandra Reichle Collier, basquetbolista profesional, quien nos compartió un poco sobre su vida en una amena plática.
A pesar de tener apellidos de origen alemán, ella es originaria de la capital, Tegucigalpa, y se considera una persona soñadora, disciplinada, perfeccionista y persistente; disfrutó hasta los seis años en Alemania con una infancia tranquila, pasando tiempo con sus abuelos, en el kínder o jugando en el parque.
Con abuelos alemanes, pero padres hondureños, nuestra invitada expresó que, por parte de su abuela, comentan que, es de origen francés, aunque toda la descendencia de su madre es hondureña, dicho sea de paso, con ella regresó al país del cual hoy en día se siente orgullosa.
“Recuerdo que el cambio de Alemania a Honduras fue algo complicado, hablaba solamente alemán, entendía el español porque mi mamá lo habla, ahora solo español e inglés, alemán solo lo básico”.
Acerca de su formación académica
Desde que volvió a Honduras hasta culminar sus estudios, cursó toda su formación en la Estancia School, donde aprendió inglés y español, al graduarse, cursó un año en Santa Fe College gracias a una beca y volvió para estudiar en UNITEC ingeniería biomédica, pues le gustaba la medicina, pero le condicionaría el jugar baloncesto, ella manifestó no sentirse arrepentida.
Asimismo, también obtuvo una beca, debía cumplir una serie de requisitos, realizar exámenes prácticos para evaluar sus capacidades para decidir si le aceptaban o no, además de mantener un promedio alto.
Por otra parte, tiene pensando practicar alemán y obtener una maestría en Alemania, porque considera que es una de las industrias más grandes de equipos médicos y retornar el idioma y el origen de donde viene su familia.
Sus inicios en el baloncesto
Fue en su escuela donde ella practicó por primera vez este deporte, estaba en tercer grado, pero hasta los 13 años fue su primer torneo de colegios bilingües, teniendo la sorpresa de que el entrenador de la selección les observó jugar y procedió a llamar a un grupo de chicas para conformar la Sub-14.
A los días, el entrenador fue solamente por dos compañeras de Reichle, pero su maestra, le aconsejó que le brindara la oportunidad a la “Chelita”, porque era responsable y disciplinada, algo que causó emoción en ella.
Ella juega de alera, tiradora, aunque ha pasado por todas las posiciones, ha ido mejorando sus habilidades y no se le da tan bien ser pasadora, pues se necesita paciencia e inteligencia, algo que fue un obstáculo para ella, pero cree que es un gusto adquirido.
¿Qué significa representar a Honduras y quedar campeonas como lo hizo en el 2014?
“¡Hasta escalofríos sentí! La última vez que Honduras ganó oro en cualquier categoría en aquel entonces, era de 30 años, ese momento no sé cómo explicarlo, fue un trabajo arduo de un par de meses entrenando y sacar ese oro fue lo máximo”.
Tras ganar este torneo, disputaron el Centro Basket contra México, el Caribe y los primeros tres lugares de Centroamérica, culminaron en segundo puesto venciendo a la favorita Cuba en semifinales, Ankara continúa viendo ese juego y le es imposible no emocionarse.
Por su destacada participación llegaron al pre-mundial para enfrentarse contra potencias del continente, quedaron en último lugar, pero las sensaciones fueron grandes, ya que, todos los partidos terminaron con un resultado apretado.
Experiencias internacionales
Su primera experiencia fue en Santa Fe College, luego de enviar un video de sus mejores jugadas, obtuvo respuesta de la entrenadora, a los dos meses de llegar, ganó una beca completa por el año que estuvo allí, pero al estar sola, se le hizo un poco difícil todo, su adaptación al equipo y lo mental.
Hace poco, tuvo la oportunidad de jugar para Leonas de la Liga Profesional de Nicaragua, tenía 20 años y fue algo fácil su adaptación porque iba con otras dos compañeras, una de esas mismas colegas la recomendó con el equipo.
“Uno no sabe por qué pasan las cosas, soy creyente de que Dios nos pone esas puertas, un día después del fallecimiento de mi abuela, me cae una llamada cuando estaba llorando y me ofrecían ir a jugar a la liga profesional de Nicaragua”.
Actualmente, estudia y juega en ligas de Tegucigalpa y el país en general, recalcó que falta iniciativa, buscar soluciones como el apoyo de las autoridades y patrocinadores para que el baloncesto nacional tenga más apoyo.
¿Qué mensaje desea enviar a las mujeres que practican el baloncesto, pero quizás por miedo no se atreven como lo hizo usted?
“Si les gusta un deporte, practíquenlo, eso hará la perfección, crean en ustedes mismas, pónganse metas, no dejen que afecte que hay deportes solo para hombres, sean felices y no olviden el estudio, tiene que ir siempre de la mano con el deporte”.