Este día se celebra el 275 aniversario del hallazgo de la Virgen de Suyapa, fecha en la que cientos de personas se hacen presentes en la Basílica de Suyapa, para rendirle honor a la Morenita el día de su cumpleaños.
Algunos feligreses llevan imágenes de la madre santísima y arreglos florales, mientras que otros cumplen con mucho agradecimiento, las promesas que le habían hecho a la Virgen por algún milagro realizado.
Tal es el caso de doña María González y su familia, feligreses de la aldea El Cacao, La Esperanza, Intibucá, quienes son de origen lenca y desde hace ocho años vienen sin falta a efectuar con mucha devoción, la tradición de agradecerle de rodillas y dejarle sus peticiones para este 2022.
Desde la entrada de la iglesia, de una forma lenta, cargando su mochila y haciendo sus oraciones, doña María de 47 años se postró de rodillas, junto a su madre de 67 años, su hermana y sobrinos, y aunque el camino podía ser largo y cansado, la fe era más grande para ellas.
Unos minutos más tarde, finalmente llegaron hasta el altar, y muy cerca de la Virgen comenzaron a cantar y a orar durante un largo tiempo, y una vez terminaron, dejaron sus ofrendas con mucho amor para la Morenita.
“La Virgen de Suyapa nos ha hecho grandes milagros, y por eso vinimos a cumplirle lo que le prometimos a ella, yo estaba enferma y tenía unos problemas, y la Virgen me ha sacado de grandes dificultades”, manifestó doña María.
La peregrina comentó que ella padecía de gastritis, y que gracias a la Virgen ya se encuentra mejor, asimismo, mencionó que uno de sus hijos, migró hacia Estados Unidos, y que su protección lo mantuvo a salvo de los peligros del camino.
Doña María aseguró que son muchos los milagros que la madre santísima le ha concedido, y no dudó en contarnos otro. “Una hija estaba embarazada y no podía tener el niño, entonces yo le pedí a la Virgencita de Suyapa que hiciera el milagro y que pudiera tener, y rápido fue el parto”, aseveró.
El sacrificio que esta familia hace cada año es muy grande, puesto que viajar desde Intibucá hasta Tegucigalpa con niños pequeños, es sumamente cansado, además, ellas hacen el viaje de ida y vuelta en un solo día, en el que se tardan aproximadamente ocho horas.
Por otra parte, esta madre intibucana expresó que a lo largo del año, en sus casas le rezan constantemente a la Virgen, e incluso tienen un altar en su hogar, y pertenecen a la comunidad de San Antonio de Padua en su aldea. Igualmente, nos platicó que sus padres le inculcaron la fe desde muy pequeña, y ella ha hecho todos los sacramentos católicos que la religión indica, desde el bautismo hasta el matrimonio por la iglesia.
¿Qué le pidió a la Virgen para este año?
“Que haya paz en todo el país, también por todos los enfermos y que a las personas que están afuera de Honduras las cuide. También le pedí sabiduría y fe, lo que nosotros le pedimos a ella, nos lo cumple”, puntualizó.
Antes de retirarse, doña María le dejó un mensaje a la población, en el que dijo que acudan a la Virgen, porque es milagrosa. “Vengamos a venerarla, lo que le pidamos ella lo cumple, a mí siempre me ha cumplido”, finalizó la fiel creyente.