El mes de diciembre está cerca de concluir, sin embargo, el espíritu navideño no se acaba, puesto que las familias mantienen sus decoraciones y árboles adornados hasta los próximos meses, como es el caso de Harol Umanzor, el catracho que con mucha dedicación realiza cada año un gran nacimiento en su casa.
Por este motivo visitamos su hogar en el popular barrio El Chile de Tegucigalpa, en donde de una forma muy amable nos recibió y comenzó a contarnos cómo fue que nació la idea de formar parte de esta bonita tradición que siguen muchas familias hondureñas.
“Esto surgió desde los ocho años cuando mi abuelita creaba su nacimiento y yo me ponía con ella, entonces me gustó y me llamo la atención. Ella nos fue enseñando lo que era el significado de la Navidad, que era a través del nacimiento del Niño Jesús”, inició contando Umanzor.
El hondureño de 35 años es docente del área artística y de gestión de la educación, en los grados de primaria y secundaria en el Instituto Sagrado Corazón, de igual modo, forma parte de la Divina Providencia del mismo lugar donde reside, sitio en donde pudo encontrar el verdadero significado de la Navidad.
El legado de su abuelita, doña Marta Flora Rivera, quien lamentablemente falleció en 2019 fue muy grande, y es algo que Harol toma en cuenta cada mes de diciembre a la hora de elaborar minuciosamente esta obra que para él es tan especial.
¿Qué significado tiene realizar todo este nacimiento?
“El significado es muy grande, ya que con ello se logra evangelizar, por eso la temática está centrada en el evangelio de San Lucas, que es en el que vamos narrando diferentes escenas”, agregó el docente.
Algo que hace diferente este nacimiento de los demás, es que cada año este catracho pone todo su empeño y le da una temática distinta, asimismo, recrea diferentes escenarios bíblicos para que las personas puedan conocer más de la historia.
Escenas que recrea
En la obra se inicia contando desde el anuncio del ángel a la Virgen María, cuando San José y María piden posada, luego está la escena en la que José y María están a la espera del Niño Jesús, el nacimiento del Niño Jesús, la llegada de los Reyes Magos, la presentación del Niño Jesús al templo, la visita de María a su prima Isabel y cuando José y María huyeron a Egipto.
“Cada año es totalmente diferente la temática, el fondo también cambia, el estilo de las siluetas, todo varía totalmente, hay una mezcla de recursos naturales con artificiales” añadió de manera muy carismática el hondureño.
Umanzor aseguró que las piezas las ha ido coleccionando a medida ha pasado el tiempo, gracias a esto, actualmente guarda una gran cantidad de objetos, cabe recalcar, que un par de estas pequeñas piezas puede llegar a costar hasta 400 lempiras.
Harol se tarda dos días trabajando de forma consecutiva para poder terminar con este nacimiento, y afirmó que algunas personas lo ayudan en el tema de la limpieza de los adornos y en la elaboración de siluetas, no obstante, en la manera de creación prefiere hacerlo solo, debido a que él ya tiene la idea central de lo que quiere crear.
De igual manera, Umanzor manifestó que para estas fechas, su casa se vuelve un lugar muy concurrido por vecinos, amigos, miembros de la iglesia y compañeros de trabajo que quieren ver personalmente esta creativa obra. “No solo lo visitan personas de aquí, también están a la expectativa amigos que tengo a nivel de Honduras en los diferentes departamentos y municipios”, puntualizó Harol.
¿Le han pedido ayuda para hacer otros nacimientos?
“Hace poco tuve una experiencia muy bonita y significativa, viajé a Texíguat en el departamento del Paraíso, donde le fui a elaborar a la abuela de una amiga su nacimiento, y también presto el servicio a la iglesia Divina Providencia, ahí con otras personas lo creamos año con año”, manifestó el docente.
Harol recrea todas estas escenas desde el 15 de diciembre, y las quita en la última semana de febrero, después de la presentación del Niño Jesús al templo, algo que le causa tristeza después del gran trabajo que conlleva realizarlo.
Igualmente, el hondureño exhortó a las demás personas a que no dejen perder esta costumbre que data de muchos años en las familias. “No solo es una tradición, es esperar al Mesías, el Emmanuel, el Dios con nosotros, desde ahí podemos generar la alegría y solo es de ver los niños como lo observan, ellos son los principales en llevar esta buena noticia”, expresó Umanzor con mucha emoción.
También concluyó diciendo que se puede comenzar elaborando un nacimiento de forma pequeña, pues así fueron sus comienzos desde hace 27 años que lleva haciéndolo de manera consecutiva, y ahora, alcanzó un tamaño considerable que es admirado por los demás.
Si deseas poder apreciar en vivo y enriquecerte con la historia bíblica, Harol abre las puertas de su hogar en el barrio El Chile, pasando el puente a mano derecha, hasta el kínder Mundo Maravilloso, media cuadra hacia la última casa contiguos al campo pequeño, lugar que es muy conocido en ese sector.