Todos hemos escuchado la frase de “la vida es bella” y si, en realidad lo es, hay bastantes maneras de poder disfrutarla y acompañarla de sentimientos, como el amor, la felicidad, si se refiere a emociones, y el fútbol, que nos hace amar a un equipo por el resto de nuestras vidas, que, a pesar de los resultados, somos felices, con el simple hecho de apoyar a nuestro club.
En la noche del jueves 23 de diciembre, se disputó la Gran Final del Torneo Apertura en la ciudad de San Pedro Sula, que enfrentaba al Real España y el Olimpia, terminando como campeón el equipo merengue, conquistando su título número 34 y conseguir su segundo tetracampeonato en su longeva historia.
El equipo de RadioHouse, minutos antes de iniciar el encuentro, conoció a un fanático, bueno, en realidad a un fiel, de esos que dignifican a la institución porque representan sus valores, es que se puede cambiar de todo en esta vida, menos a tu equipo de fútbol, esa herencia o amor a primera vista es imposible de separar.
Entre la ilusión por una nueva conquista y el fervor que significaba estar presente en el escenario donde el Olimpia ganó su copa 34, llegó Wilfredo Alejandro García, un hondureño originario de Tegucigalpa, que reside actualmente en Nueva York, fiel seguidor melenudo que ha estado en todo momento pendiente desde que abandonó su vida en Honduras, hace cinco años.
“No he visto jugar al Olimpia aquí en Honduras desde que me fui, trato de seguirlo siempre en los encuentros internacionales, como ir a Canadá, hace poco, cuando fue a hacer la pretemporada, la gente de Nueva York y el resto de estados, nos organizamos y seguimos al equipo en Miami, Atlanta, Charlotte, fueron cinco partidos y a todos tratamos de ir”.
Un sentimiento que cruza fronteras
El amor todo lo puede, a pesar de las distancias, se debe adaptar a la realidad ¿verdad? Es por eso, que Wilfredo García, nos comentó que pertenece a los Blasfemos de la Barra Ultra Fiel, actualmente, están organizados como barra en Nueva York, pues se han organizado en todas partes de la tierra del “tío Sam”, como en Los Ángeles o Miami.
El fútbol genera lealtad, estar en las buenas y malas cuando tu equipo lo necesita, por lo tanto, nuestro protagonista nos comentó que salió el martes 21 de diciembre a las 3 de la tarde e hizo escala en Ciudad de México a las 7 de la noche, esperando en la Plaza Garibaldi hasta las 8:30 de la mañana del miércoles para aterrizar en tierras sampedranas a las 12 del mediodía, aproximadamente 22 horas de trayecto, algo muy cansado, pero “el Olimpia lo vale todo”.
Asimismo, el fiel seguidor de los albos, nos manifestó que se regresaba en la madrugada cerca de las 2 de la mañana, pues solo venía para disfrutar el partido porque había esperado mucho este tetracampeonato, pero que su familia lo está esperando para pasar las fiestas navideñas en Nueva York, pero declaró que tenía la intención de festejar un poco porque tenía que llegar dos horas antes al aeropuerto.
Su amor por Olimpia y los sacrificios
Algo que ha caracterizado por lo largo de su historia a los merengues, es su fiel afición, la grandiosa barra “Ultra Fiel”, que siempre ha estado en los buenos y malos momentos, que, por cierto, nuestro anfitrión, de manera muy aliviada sintió paz, porque su equipo le ha dado más historias buenas, que malas.
El Olimpia en la vida del capitalino lo es todo, y no tiene manera de explicarlo, porque la gente no entiende el amor por un equipo, recalcando en los sacrificios que se realizan con la familia, amistades, trabajo, pero cuando el reloj marca la hora del encuentro, él no tiene más disposición que ver a su equipo, porque es un amor que solo aquellos que aman realmente a un club pueden entender.
“La verdad he gastado algo bastantito, a eso hay que sumarle que cada día que no trabajo, es pérdida de mucho dinero, e incluso me ha tocado pelear o mentir a los jefes porque suelo enfermarme en los juegos del Olimpia jajaja… Pero al final no importa, con tal de venir a ver a mi equipo”.
Y si, él es un hincha de verdad, un loco por el Olimpia, por lo tanto, nos confesó que la Ultra Fiel de Nueva York y Nueva Jersey, ya acordaron de venir a celebrar el penta campeonato si el león llega a la instancia final, vendrán más tiempo y mejor organizados, es que, ellos aman demasiado al equipo y es un sentimiento que se lleva para todos lados, sin importar el lugar en el que se encuentren.
Al llegar al país, lo primero que hizo fue comprar su camisa roja del Olimpia (foto), porque él mira en el Olimpia un amor puro y sincero, realmente ama al Olimpia, sintiendo que sus palabras se quedan cortas para el sacrificio que hizo toda la gente que asistió al estadio, expresando con una sonrisa en su rostro y emocionado que “ya no somos amigos, sino hermanos de cancha” deseando todos quedarse con el tan ansiado tetra campeonato, “se lo juro”.
Que no te llamen loco si haces grandes sacrificios por ver al equipo que conquista tu corazón, hay historias internas que nos conectan de manera especial, de las cuales muy pocos saben, no es solo un deporte, es pasión, esfuerzo, alegría o tristeza, pero nada se compara, al amor que tiene Wilfredo Alejandro García, por su querido Club Olimpia Deportivo.