Trujillo, municipio que alguna vez fue capital de la provincia de Honduras, es un rincón que posee mucha historia por contar, claro ejemplo de ello, es el Fuerte de Santa Bárbara, una de las edificaciones más antiguas que se mantiene en pie en el país.
Fuerte de Santa Bárbara
Declarado como un Monumento y Patrimonio Nacional Histórico, el Fuerte de Santa Bárbara es una de las construcciones más antiguas de Honduras, en cuanto al periodo colonial se refiere, porque debemos recordar que ya había edificaciones de las culturas originarias de América
Según registros, los trabajos de construcción comenzaron en el año de 1550 con mano de obra de los indígenas que habían sido puestos como esclavos durante la conquista. Alrededor de 200 españoles vivían en Trujillo para entonces.
En 1575 se volvió a saber de la fortaleza, cuando la Capitanía General de Guatemala ordenara la colocación de cuatro cañones. Para 1629, el fuerte contaba con seis cañones de artillería, con el fin de defender la villa de piratas y corsarios que acechaban en el Mar Caribe.
En esta parte de Trujillo también se encuentran los restos del filibustero William Walker, quien fue fusilado en 1860 tras ser capturado por ser partícipe de guerras en Nicaragua y alterar el orden en varios países centroamericanos.
Toda esta historia la encontraremos en el fuerte, que hoy funciona como un importante museo, relatando parte de la historia hondureña, el que, además, cuenta con una amplia colección de objetos prehispánicos que se han encontrado en el área.
Es así como conocemos un poco más de la rica historia de nuestra bella tierra, la cual, el pasado 15 de septiembre cumplió 200 años de haberse independizado del dominio español que perduró por más de tres siglos.
¡Honduras es bella, ámala!