Para la afición motagüense no era un día cualquiera, todos al momento de despertar, pensaron en la cita con el equipo de sus amores, ese momento que sirve para ser uno solo entre miles de aficionado, llenos de mucha ilusión y entusiasmo, contando las horas para el partido más importante en lo que va del año para los Azules.
Desde tempranas horas del día, podía sentirse el ambiente de alegría, muchos portaron con orgullo la camisera azul profundo, cumpliendo su rutina diaria o pedir permiso para salir más temprano del trabajo, porque a las 6 de la tarde, el Motagua recibía al Comunicaciones de Guatemala, por la final de Ida de la Liga Concacaf; tercera en la era Diego Vásquez.
Un hermoso recibimiento por parte de los aficionados coreando “Sale Ciclón” con bufandas, papel y luces, era lo que escuchaban y miraban los 11 guerreros locales que, a pesar de ser un plantel renovado, ellos sienten la presión de la afición, que ha exigido desde el primer día su tan ansiada copa, esa que ha estado cerca de quedarse en Tegucigalpa en dos ocasiones.
El encuentro dio inicio y los visitantes a los tres minutos de juego tuvieron una ocasión de gol luego de un saque de esquina que, al momento de rematar, dejó la duda de un posible penal, que en instantes fue reclamado por el Comunicaciones, pero que no influyó en la decisión del árbitro, que le brindó continuidad al juego, teniendo una actuación correcta en el encuentro.
Pasaron los minutos y seguía la intensidad por ver quién tomaba la iniciativa, pero a los 13´de partido, Iván “Chino” López entró al área guatemalteca y envió un centro pasado que fue conectado con la cabeza del paraguayo Roberto Moreira, despejando el balón el zaguero del equipo visitante ante el peligro de las águilas.
Ambos equipos mostraron el por qué merecían estar en la final, aguerridos, fieles a su estilo, dejando todo en la cancha en una noche fría más en Tegucigalpa, que por dentro del Estado Nacional, se sentía la pasión y el fervor para los visitantes, que recibieron el apoyo de sus aficionados que llegaron desde tierras chapinas.
Pasados los primeros 20 minutos del juego, un centro al área por parte del equipo de la hermana tierra Guatemala, fue despejado al centro por el defensor motagüense, que no observó que el balón cayó a la merced de Jorge Aparicio, que definió con un potente remate con su pierna derecha a la esquina del arco de Jonathan Rougier, para comenzar ganando esta gran final.
El “Mimado de la afición” no cayó, siguió demostrando su fútbol y poco a poco iba reduciendo las fortalezas de su rival, demostrando la jerarquía que ameritan estos encuentros, estas grandes noches a las que el Motagua, ha estado acostumbrado en los últimos años, animados por su espectacular afición.
De tantas ocasiones creadas por las águilas, una tenía que terminar en gol. El mismo llegaría en el minuto 40, el Motagua ejecutó un tiro de esquina que fue despejado sin problemas por los “Cremas”, mismo balón fue recibido por Marcelo Santos, jugador azul, que colocó un excelente centro que recibió de cabeza Roberto Moreira, quien hizo un giro sutil para terminar meciendo las redes del arco chapín.
Comenzaba la segunda mitad y el espectáculo futbolero seguía, los dos mejores equipos del torneo demostraban a todos sus méritos de estar en la final del torneo, luchando cada balón, representando los valores deportivos y brindando una linda noche en cuanto a fútbol se refiere.
Los capitalinos querían conseguir la ventaja y al 58´, el “Chino” López regateó al defensor de los merengues y con un zurdazo quiso sorprender al arquero rival, que bien posicionado resolvió sin problemas su remate.
La pelea por llevarse el triunfo estuvo apretada, los dos finalistas no cedieron en lo más mínimo, pero en un Estadio Nacional lleno del humo de las bengalas, miró al minuto 79 el disparo desde fuera del área del número 31, Stevhen Robles, que sorprendió al portero argentino, y dejó con libertad al peligroso delantero Juan Anangonó que definió sin problemas para colocar el 1 a 2 en el tablero.
Como un balde de agua fría
Esta es la expresión correcta a la reacción del equipo local y su afición, quizás pasaba por sus cabezas las aterradoras imágenes de las dos finales anteriores que no pudieron festejar, en el mismo estadio, creando preocupación porque una nueva oportunidad se les estaba escapando, ya que, no hay mejor resultado que ganar como local en el partido de ida.
A pesar de los intentos del equipo dirigido por Diego Vásquez, los albos se mantenían sólidos en defensa, despejando sin complicaciones cualquier jugada que representara peligro en su arco, apostando por la velocidad e individualidad del catracho Junior Lacayo, que ingresó en la segunda mitad.
Terminó el encuentro y el rostro de los jugadores motagüenses lo decía todo, reflejaba lamento, tristeza e impotencia, los fantasmas del pasado, por ahora, aparecieron, pero queda un encuentro más, que seguramente, darán todo de su esfuerzo para traer esa linda copa de la Liga Concacaf que la sensacional afición azul, reclama.
La final de vuelta se disputará el próximo martes 14 de diciembre en el Estadio Doroteo Guamuch Flores, a falta de confirmar la hora de inicio, será una difícil visita, donde solo vale ganar. ¡Todo o nada!