¿Cuántas personas que se preocupan por la niñez y juventud, que realmente a través de su deseo de ver un mundo mejor se mueve y luchan para que las nuevas generaciones no sufran lo que muchos han pasado en sus vidas? Existen héroes sin capa que transitan por las veredas de los senderos buscando a quién ayudar, y si no ve a nadie, hace todo lo posible para que sea visible para todo aquel que su alma busque en silencio gritos de auxilio.
Uno de esos héroes es Santiago Ávila, un hondureño que a base de experiencias personales, decidió crear un grupo, el cual brinda a los hondureños tuvieron una nueva oportunidad de vida, una luz donde el túnel, no sea precisamente el final, sino el comienzo de un nuevo camino que estaría llena esperanza y lejos de las tinieblas las cuales los tentaban día a día.
Santiago tiene 33 años y es trabajador social, además tiene una maestría en Defensa de Derechos de la Niñez y Justicia Juvenil. Lamentablemente, hace 11 años las garras de las pandillas le arrebataron la vida a su hermano y a partir de ahí, nace un nuevo Santiago con el deseo de evitar que muchos jóvenes del país caigan en las sombras de la delincuencia y sean parte de estos grupos criminales.
Santiago nos comentó que en aquellos años, era poco el interés que tenía al tema social, se dedicaba más a la música en una banda de metal y desde el asesinato de su hermano Mauricio, se volvió más sensible. “Yo ahora le digo a los muchachos que no esperemos que la violencia nos golpee para poder ayudar y reflexionar para hacer algo por el país”, señaló.
Premio Nansen para los Refugiados del ACNUR
Santiago Ávila fue el ganador de este galardón que se otorga a través de la alianza que tienen con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), quienes postulan a sus mejores socios y reconocimiento del trabajo. Premio que se otorga a todo aquel individuo que va más allá del deseo y logra hacer cambios radicales. “Somos cinco ganadores en el mundo y es un orgullo ser parte de este grupo“, aseveró.
Pues, Ávila ha vivido muchos momentos que le han recordado a sus etapas pasadas de vulnerabilidad. Se le preguntó por un caso en específico e hizo memoria de cómo un voluntario lo llamó deseando salirse de la asociación porque van creciendo y estaba siendo invitado a muchos lugares a exponer y él no sabía leer ni escribir, algo que lo apenaba, pero no fue impedimento para Ávila y lo ayudó con su educación.
Perdió a su hermano por la violencia, pero a través de ella ha ganado miles de hermanos más que trabajan juntos. Este trabajo no ha sido en vano. La familia tiene alrededor de 600 voluntarios, más los Embajadores de la Prevención y hay siete personas que trabajan directamente por la asociación.
Siempre los puntos más enfocados son las “zonas calientes”, donde más necesidad de amor hay porque son las más afectadas por la violencia, pero ellos las ven como comunidades de oportunidades. “Estamos en 28 barrios y colonias a nivel nacional distribuidos en Tegucigalpa, Villa de San Antonio, Comayagua, Siguatepeque, San Pedro Sula, Choloma, El Progreso y La Ceiba”, apuntó.
¿Qué actividades comparten con los jóvenes cuando se reúnen?
“Tenemos a ex chicos que fueron parte de la estructura del crimen, por lo que sabemos los puntos más atacados por estos grupos, por lo que tenemos transmisiones en redes sociales, voluntarios capacitados, podcast, material audiovisual, actividades de interrupción de la violencia y prevención, comunidades en esquinas, ahí proyectamos películas, murales y que hoy queremos resaltar positivamente“.
Puedes escribir a la página de Jóvenes contra la Violencia si quieres formar parte de esta gran familia o quieres ayudar a tu colonia, barrio y comunidad a que sea parte del campo y ayudar a estas personas que piensan que unirse a estas estructuras criminales es la única salida para solucionar tus problemas y salir adelante.
“Tuve que elegir entre tomar venganza e ingresar a una pandilla o tomar consciencia para ayudar a más personas”, recordó. Esta fue una de las frases más impactantes que nos dejó el director de la Asociación de Jóvenes contra la Violencia y presidente de Jóvenes contra la Violencia Centroamérica, quien nos comentaba que en los barrios, las pandillas contrarias a quienes cometieron el asesinato, le ofrecen venganza.
Pero no, Santiago al ver que todo favor tiene un pago, decidió echarse atrás, debido a que la condición era vengar la muerte de su hermano por ser parte del grupo criminal y a pesar de la oferta, la respuesta siempre fue no. Desde ahí, se dio la oportunidad de crear esta asociación que está en su apogeo de reclutar a más hondureños en duda y desesperación.
Durante la entrevista, el residente de San Pedro Sula, tuvo una videollamada de emergencia desde España para resaltar su trabajo y reconocimiento que recibió por parte de ACNUR, pues es reconocido en muchos rincones del mundo al ser el ganador de este premio tan importante que se otorga.
Es así como todo un pueblo hondureño puede ayudar a correr la voz de que personas como Santiago, junto a su amigo y compañero de trabajo Edras, que hacen de nuestro país un lugar más habitable y con más esperanzas y a pesar de las tinieblas que se viven en algunos sectores, siempre hay una luz.