Motagua y Olimpia jugaron una edición más del Clásico Capitalino el día de ayer en el Estadio Nacional, donde las águilas volaron alto para derrotar 3-2 a los leones, consiguiendo así para primera victoria en torneos cortos desde aquel 14 de marzo del 2020, partido que no fue considerado nulo por la Liga Nacional por el comienzo del COVID-19.
El ahora naturalizado hondureño, Jonathan Rougier, fue clave para que su equipo consiguiera una valiosa victoria de cara a sus aspiraciones del Torneo Apertura 2021, mientras que, Edrick Menjívar, ayudó a los suyos a que la diferencia en el marcador no fuera más abultada.
Cancerbero omnipresente
El día de ayer, el Motagua tuvo varias figuras dentro del campo. Podríamos hablar de Christopher Meléndez, Walter “Colocho” Martínez, pero definitivamente hubo un hombre por el cual las Águilas mantuvieron la ventaja en el marcador. Jonathan Enrique Rougier, el portero naturalizado hondureño que fue la pesadilla en el arco para el Olimpia.
Tras el autogol del Olimpia que puso en ventaja al Motagua, los leones insistieron en el arco de Rougier, incluso lograron el empate, pero se hubieran ido perdiendo por diferencia de uno o dos goles de no ser por las intervenciones del guardameta azul. Carlos Pineda lo probó desde fuera del área, en una jugada nada fácil, puesto que tenía a dos defensores que obstaculizaban su visión.
Fue así como el cancerbero del ciclón “calló bocas” al recibir tantas críticas por su naturalización como hondureño, contrastando los comentarios de aquellos que decían que no tenía nivel para una posible convocatoria a la selección nacional. Decisión que dependerá exclusivamente del cuerpo técnico de la “H”. Lo cierto es que la portería azul bajo su presencia da seguridad a aficionados y cuerpo técnico.
Apaga fuegos melenudo
Si bien es cierto, los dirigidos por Pedro Troglio perdieron más que tres puntos el día de ayer, puesto que este tipo de clásicos jamás es satisfactorio perder ante tu máximo rival, pero si hubo un factor que mantuvo al Olimpia con las esperanzas hasta el último minuto de poder empatar el encuentro, fueron las intervenciones de Edrick Menjívar.
El nacido en Roatán fue clave para que el Motagua no consiguiera una ventaja de dos goles más temprano o adelantarse en el marcador al terminar el primer tiempo. Inmediatamente, se nos viene a la cabeza aquella reacción felina tras aquel cabezazo de Juan Ángel Delgado que pegó en el horizontal y Menjívar fue capaz de evitar que la pelota le rebotara e ingresara en un nuevo autogol.
Así fue la participación de los guardametas que defendieron sus colores con toda dedicación. Más allá de la polémica si Rougier debería ser el primer o segundo portero de la selección nacional por encima de Menjívar, es un tema que, como hondureños, deberíamos de agradecer, puesto que hay varias opciones de gran calidad para el bien de nuestra “H”.