El arribo de la pandemia por el COVID-19 a nuestro país, desarrolló muchos factores negativos, sin embargo, dentro de todo lo malo siempre podemos encontrar algo bueno. Tal es el caso de un maestro de primaria, quien en medio de la grave crisis sanitaria por la que atravesamos puso en práctica sus conocimientos de bellas artes, logrando así, llevar un apoyo económico a su hogar.
Ernesto Gonzáles tiene 51 años de edad, es licenciado en pedagogía, un hombre lleno de muchos conocimientos para ofrecer al país, entre ellos, está su amor por las bellas artes, mismo que lo que impulsó al mundo de la artesanía en tejas coloniales.
“Dios es quien provee estas bendiciones y en este tiempo ha traído bendición a mi hogar, en el inicio de la pandemia la pastora nos dijo que debíamos hacer algo en tiempo libre en casa, fui aplicando mis conocimientos en artes plásticas e inicie a moldear las tejas con porcelana Fría, uso resistol y pintura acrílica”, expresó Ernesto Gonzáles.
Continuó diciendo al medio Danlí en contacto con la noticia que,“cada obra es de mi imaginación con orientación de mi esposa e hija, una sola pieza me lleva hasta tres días por el secado y luego la pintura; tengo amigos que me encargan piezas especiales o personalizadas”.
Ahora las tejas, son un material con un menor uso en la ciudad, debido a las innovaciones que han salido, como son las láminas de plástico o metal, que se han convertido en un producto indispensable para la construcción.
Sin embargo, para quienes habitan en los pueblos y aldeas, la teja continúa teniendo una mayor demanda. Gracias a ello, la pequeña empresa del talentoso danlideño ha tenido un mejor crecimiento.
El hondureño poco a poco fue desarrollando la pequeña empresa junto a su esposa e hija que, a pesar de todas las adversidades que se han presentado, la familia ha salido adelante. Estas valientes damas sin duda han sido un complemento para la elaboración de estas fascinantes figuras.
Ernesto es el encargado de moldear los materiales y poner a volar su imaginación, mientras su esposa, Sonia Vásquez, junto a su hija, María Zoe Gonzáles, se ocupan de retocar los detalles, para finalmente entregar un producto de calidad. Además, expresan felicidad porque la pequeña empresa surge de su núcleo familiar.
Con la ayuda de Dios, el negocio ha dado frutos, teniendo una buena demanda en Danlí, con los negocios que le compran sus productos como, restaurantes o casas con espacios clásicos, jardines o áreas recreativas. Con el apoyo de su esposa e hija dedicadas a la decoración, ha sido de gran soporte para solventar ciertos gastos familiares.
La empresa actualmente necesita un fondo para la compra de materia prima y, asimismo, productos para su negocio. Hasta la fecha, no cuentan con apoyo de ninguna institución. Si estás interesado en la compra de su fascinante creación o realizar alguna donación, puedes comunicarte al +504 9972-2114.