Futbolista de la UPNFM da el ejemplo llevando una doble vida al vender hot dogs

Foto: Diario Diez

La vida de un futbolista es anhelada por muchas personas desde su niñez, pensando que esta conlleva una vida sin dificultades, rodeada de soluciones, fanatismo y mucha gloria, pero no ven el lado humano, donde el futbolista debe de sacrificarse por su familia y dar el ejemplo dentro del hogar para poder salir adelante.

A raíz de la pandemia del COVID-19, muchas personas optaron por llevar una doble profesión u oficio para no quedarse cortos en el presupuesto, mientras que, otros quedaron en el olvido en la memoria de las personas. No siempre el futbolista vive dentro de una burbuja llena de privilegios.

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Y este caso no es la excepción, estamos hablando del jugador de la Liga Nacional que milita en el equipo de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), Lázaro Yánez. El defensa central de los Lobos, día con día demuestra que un futbolista de primera división también puede llevar una doble vida para luchar por sus sueños.

La historia del nacido en San Sebastián se dio a conocer en los primeros meses del año pasado en la pandemia, cuando se le vio recorrer las calles de Comayagua vendiendo rosquillas, papayas, lácteos y lavando carros en los diferentes puntos de la ciudad. Posteriormente, el fútbol volvió a la acción, pero por una lesión de rodilla, lo obligó a mantenerse fuera de los campos de juego por un tiempo y volvió a su segunda vida.

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A día de hoy, puedes encontrar a Yánez en su natal San Sebastián, a menos de una hora de Tegucigalpa con un carrito con una foto de él jugando ante el Olimpia en el Nacional, y así, ha inaugurado su nuevo emprendimiento, el cual consiste en vender hot dogs, idea que nace desde hace mucho tiempo que empezó a ahorrar 25 mil lempiras. Historias como estas las podemos ver en muchos futbolistas Honduras, y cada vez es más común ver a emprendedores dentro del ámbito futbolístico.