Los alarmantes niveles con los que en los últimos años ha aumentado el agua de los océanos, ha sido objeto de estudio por varias organizaciones, en este caso, Climate Central, ha presentado un estudio con base a mapa de cómo estará el mundo dentro de 79 años, por lo que analizamos cómo estaría Honduras para ese entonces.
Climate Central realizó un estudio en 2019, visualizando el panorama mundial hasta el año 2100 y varias partes de Honduras, lastimosamente, estarían atravesando dificultades por el aumento del mar, quedando inhabitables. «Las comunidades costeras de todo el mundo, deben prepararse para futuros mucho más difíciles de lo que se puede anticipar actualmente», menciona la institución en el análisis.
Una zona que estará gran parte bajo el agua, es Utila en Islas de la Bahía, lugares como Los Cayitos y el Refugio de Vida Silvestre Ragged Key serían parte del mar, quedando una gran porción del municipio perjudicado por el aumento del mar. Parte de Santa Elena en Roatán también sufrirá este problema y en el caso de Guanaja, en Black Rock el agua del Atlántico se abriría camino.
Pasando a tierra continental, en Trujillo, Colón también se verían problemas, puntualmente, en los alrededores de Puerto Castilla, habría un considerable ingreso del mar. Las Lagunas de Caratasca, Tansín, Warunta, Tilbalakan, Siksa y Laguntara en La Mosquitia, Gracias a Dios, prácticamente se unirían como una sola, porque la tierra que les rodea, quedaría bajo el agua del mar.
En la zona sur, o sea, el Golfo de Fonseca, el estudio nos muestra que la conexión terrestre entre Campamento y la Isla Zacate Grande en Amapala, dejaría de existir, igualmente la Reserva de Vida Silvestre de Bahía de Chismuyo se perdería. De igual forma los manglares quedaría totalmente bajo el agua, y para que nos hagamos una idea, en San Lorenzo, el agua del Océano Pacífico llegaría más allá de lo que hoy es el Cementerio General.
Por lo que, se puede determinar que la parte sur de Honduras es la que más problemas sufrirá en el inicio del siglo XXII. Aún falta mucho, pero podríamos aportar para que nuestros hijos y nietos tengan una buena vida y no sufran los embates del calentamiento global porque nuestra generación no se preocupó lo suficiente por solventar el problema.