La gastronomía hondureña es única en el mundo. Los diferentes platillos son elaborados a la perfección por hombres y mujeres, que ponen todo su empeño para poder satisfacer a los comensales. Aparte de utilizar elementos frescos, la gente utiliza diferentes especias para darle un sazón único a sus platillos.
Ana Pavón ha sido la encargada de proveer esos condimentos de calidad a los hondureños, siendo su negocio en aquel entonces nada más un sueño, y ahora se ha convertido en una fuente de empleo, que actualmente genera prebendas para su familia y también para las de sus colaboradores.
Pero no todo fue fácil, ya que, tuvo que migrar a Holanda, país donde estuvo trabajando en una tienda de especias, realizando un gran esfuerzo que le permitió mantener a sus tres hijos, luego de pasar todo un proceso de divorcio.
Luego de ahorrar y aprender todo lo que pudo sobre el mundo de las especias, Ana Liseth regresó a Honduras e inmediatamente inició con la elaboración artesanal de condimentos y salsas, siendo los primeros clientes sus vecinos del barrio Buenos Aires en la capital hondureña.
En 1995 esta mujer emprendedora y apasionada por la cocina estableció su microempresa a la que denominó La Casa de las Especias, todo esto con el apoyo de sus hijos, a quienes preparó y capacitó en la preparación y empaque del producto.
Las primeras especias vendidas fueron achiote y sal de ajo, y además de vender en su casa, logró colocarlos en casi todas las pulperías de su barrio donde se volvieron famosas y apetecidas, sin embargo, ella sabía que era solo era el inicio de lo que estaba por venir.
Una de sus mejores amigas le ofreció un puesto en la Feria del Agricultor, un mercado popular que funciona durante los fines de semana en Tegucigalpa. El éxito de los productos no se hizo esperar; por la calidad, sabor y aroma, sus condimentos se convirtieron en los de mayor demanda en la feria, y a la fecha es considerado uno de los puestos insignes del mercado donde se vende todo tipo de condimentos al por mayor y al detalle.
Su llegada a Una Mano Para Crecer
Su negocio se convirtió en un referente entre las vendedoras de la feria, lo que la llevó a ser invitada a la Asociación de Mujeres Voces Vitales, organización que mantiene alianzas estratégicas con varias empresas para apoyar y empoderar a las mujeres, entre ellas Walmart.
Esta importante alianza se convirtió en el impulso que esta soñadora necesitaba. A finales del 2017, Ana conoció el programa Una Mano Para Crecer (UMPC) de Walmart, donde le brindaron capacitación y asistencias para posteriormente iniciar una relación comercial.
Ante la apertura comercial con Walmart, la creadora de La Casa de las Especias fortaleció su microempresa con la incorporación de nuevos productos como la salsa curry y salsa para marinar carnes, a los que actualmente considera los “bebés” de su empresa.
“En Walmart encontré una empresa solidaria que me impulsó a soñar en grande, es un orgullo para mí que la gente reconozca y valore mi producto, aún en la época de pandemia nos han seguido apoyando con capacitaciones, aquí realmente he encontrado una mano para crecer, y eso me ha llevado a proponerme exportar mi producto, ese es mi siguiente paso”, afirmó la emprendedora.
Los más de 30 productos de La Casa de las Especias se encuentran disponibles en 17 tiendas de Walmart de México y Centroamérica a nivel nacional lo que llena de orgullo y motivación a su creadora, quien afirma que trabaja a diario en mantener la calidad de su producto que continúa elaborando con mucho amor y pasión.
“Nos llena de satisfacción que mujeres emprendedoras y con visión estén creciendo junto a nosotros, no descansaremos en seguir brindando esa mano para crecer a nuestros compatriotas y que se conviertan en empresarios de éxito”, dio a conocer Lynda Marín, sub gerente de Asuntos Corporativos de Walmart de México y Centroamérica.
“Me divorcié embarazada y con 2 hijos pequeños, y la necesidad de sacarlos adelante me hizo luchar con todas mis fuerzas, pero así logré formarme un carácter y lograr constituir una microempresa con la que puedo darle trabajo permanente a 6 personas, además de más de 20 empleados temporales”, recalcó Ana Pavón.
Actualmente, su tiempo libre Liseth lo dedica a sus nietas quienes son su motor de vida, se da tiempo para ir al gimnasio tres veces por semana durante las noches y es amante de la buena música. Afirma que cada día lo inicia con energía y con la misma pasión y empeño con el que inició a elaborar sus primeros condimentos.
“Como emprendedora siempre voy a estar innovando, eso es algo que he fortalecido con la relación con Walmart porque nos sacan nuestro lado creativo y sobre todo a creer en nosotros mismos y dar lo mejor, yo no tengo estudios universitarios, pero con Walmart yo he sacado mi maestría”, concluyó diciendo Pavón.
Esta multifacética hondureña se define como una mujer especial que se formó a sí misma y desea que su historia se replique en la vida de muchas mujeres, dando a conocer que, hay situaciones en la vida que aparentemente las pueden dañar, pero las actitudes definen el camino para seguir.
Así como Ana y su emprendimiento, La Casa de las Especias, hay más historias de éxito que se siguen replicando por todo el país, y con la ayuda y alianza que brinda de Una Mano Para Crecer, estarán llegando a más personas en Honduras y en toda Centroamérica.