Este lunes se confirmó que el gobierno estadounidense estará donando 20 millones de dosis de las vacunas contra el COVID-19 que han sido aprobadas para su uso interno antes de que termine el mes de junio, confirmó Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca.
Anteriormente, se había anunciado que donarían 60 millones de dosis a países en crisis, pero hasta ahora se aprueba la donación de las vacunas que solo habían sido producidas para uso interno dentro del poderoso país del norte.
Las vacunas en cuestión son las Johnson & Johnson, Pfizer y Moderna que han sido desarrolladas internamente, mientras que la AstraZeneca aún no ha sido aprobada por los reguladores estadounidenses.
“En total serían 80 millones de dosis y esa es la mayor cantidad donada por cualquier país del mundo”, dijo Psaki. Además, mencionó que el presidente Joe Biden estará brindando información adicional más adelante en una rueda de prensa.
Este anuncio surge tras críticas de parte de varios organismos a nivel mundial que han presionado al gabinete de Biden a donar más dosis, ya que en Estados Unidos el proceso de inmunización se ha estancado y millones de vacunas están desperdiciándose.
La semana pasada el promedio de dosis aplicadas por día fue de 1.9 millones, en contraste al mes de abril que fue de 3.38 millones. El récord en un solo día fue de 4 millones, demostrando que la aplicación de la vacuna, en efecto, ha disminuido considerablemente.
En este momento, un 47% de la población estadounidense se ha vacunado, mientras que un 37% está inmunizado de manera completa y satisfactoria, según el Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
La crisis con el tema de las vacunas parece cada día agravarse más en los países subdesarrollados, según la OMS solo cuentan con 0.2% de las dosis distribuidas a nivel mundial. En los países con altos y medianos ingresos se ha administrado el 87% de las mismas.