Este jueves a tempranas horas se confirmó que la final de la UEFA Champions League 2020-21 se jugara en el Estadio Do Dragão, la casa del Porto, tras descartar el Estadio Atatürk por el brote de COVID-19 que ha habido en Turquía.
Este es el segundo año consecutivo que se cambia la sede de la final de Turquía a Portugal por cuestiones de COVID-19. En 2020 se hizo una burbuja en el país lusitano y la final se jugó en el Estadio da Luz del Benfica, mismo estadio donde el Real Madrid ganó su décima orejona.
La UEFA dio a conocer en un comunicado que los aficionados podrán entrar al estadio, pero con restricciones. Chelsea y Manchester City tendrán 6.000 entradas cada uno para repartir entre sus aficiones y en los próximos días se confirmará la capacidad total del evento para la venta de tickets a la afición neutral.
El Chelsea jugará su tercera final de Champions League, en el 2008 perdió en definición por penales contra el Manchester United de Cristiano Ronaldo en el estadio Luzhniki de Moscú y en el 2012 ganaron venciendo al Bayern Múnich en su propio estadio, también en tanda de penales.
Por su parte, el Manchester City jugará por primera vez en su historia una final del máximo torneo de clubes europeos. La llegada del Jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan en 2008 le dio nueva vida al club con extravagantes contrataciones y, por fin, tiene la oportunidad de levantar la tan preciada orejona.
Esta será la octava final entre equipos del mismo país y la tercera entre equipos ingleses tras la anteriormente mencionada final Manchester United – Chelsea y Liverpool – Tottenham Hotspur en 2008 y 2019 respectivamente, ambas ganadas por los equipos de rojo.
El Manchester City es favorito por ser el equipo más dominante de Inglaterra en la última década, además de ser dirigidos por Josep Guardiola, quién dirigirá su primera final en 10 años después de conquistar el torneo con el Barcelona, pero el Chelsea ya sabe lo que es ganar el torneo y le ha ganado los dos últimos encuentros a los citizens.