Muchos extranjeros vienen a nuestro país a conocer y disfrutar de las hermosas playas que encontramos en el litoral atlántico, experimentar las bellezas históricas en Copan Ruinas o incluso solo para deleitarse de la deliciosa comida.
La afluencia de turistas extranjeros en el país siempre es alta, ¿pero se han preguntado cuántos vienen con la intención de vivir en nuestro país para hacer ayudas humanitarias?
Hoy les presentamos la historia de Shin Fujiyama, japonés criado en Estados Unidos que decidió venir a Honduras en el 2007 con la intención de construir más de 1.000 escuelas.
Debido a la pandemia ha tenido que reinventarse para conseguir más fondos y por eso decidió crear un canal de YouTube con el que ha logrado llegar a una audiencia considerable y ha sido tema de conversación en los últimos meses.
Fujiyama ha mostrado en su canal ser muy carismático y que no se le dificulta para nada hablar frente a la cámara. Esto también se puede apreciar en su manera de hablarle a la gente en la calle, pero no siempre fue así.
“Voy a ser sincero, nunca pude transmitir mi carisma natural en un entorno cinematográfico. Siempre me ponía tenso delante de una cámara y me cohibía por mi aspecto, mi sonrisa torcida o mi mala postura. La pandemia me obligó a empezar a mostrar nuestro trabajo y a compartir mi amor por Honduras mediante vídeos”, manifestó Shin.
Afortunadamente, los resultados han sido positivos y él mismo nos contó que la rutina de subir videos de manera semanal le ha proporcionado las repeticiones que necesitaba para desarrollar una mejor presencia en pantalla. “Después de muchos meses, por fin me siento natural”, declaró el japonés.
Una organización sin fin de lucro tiene que ser vista y escuchada para poder recaudar dinero. Sin dinero y recursos, no puede impulsar su causa. El reciente crecimiento de la presencia en las redes sociales y en YouTube les ha permitido aumentar su base de apoyo y recaudar dinero.
“Sinceramente, la organización tiene previsto quedarse en Honduras. Personalmente, yo también pienso quedarme. Sin embargo, me gusta viajar. Me gustaría ir a Colombia o a Cuba cuando termine la pandemia. Me gusta mucho bailar salsa, así que esos países serían fantásticos para visitar”, expresó Fujiyama después de que se le preguntara si tenía planes de expandir su proyecto escolar a otros países de la región.
Si bien es cierto que Honduras es un país hermoso que tiene mucho que ofrecer, hay que reconocer que siempre hay un punto de vista personal del porqué del cariño que los extranjeros le tienen a nuestra tierra. Fujiyama dio una respuesta interesante cuando se le preguntó del tema.
“Muchas culturas están obsesionadas con el materialismo. Los hondureños (con algunas excepciones) representan el dicho minimalista: “Ama a la gente, usa las cosas”. Me encanta eso de la gente de aquí”.
Shin Fujiyama nació en Japón, pero a una temprana edad empezó a vivir en Estados Unidos donde obtendría el título de Relaciones Internacionales al graduarse de la Universidad Mary Washington en Fredericksburg, Virginia.
En el 2004 Shin visitó Honduras en un voluntariado durante el paro vacacional de invierno y fue una experiencia que lo hizo reflexionar bastante y por eso decidió venir a visitar durante las vacaciones restantes que tendría como estudiante universitario.
Students Helping Honduras (SHH), la fundación que está a cargo de sus proyectos humanitarios, fue fundada en el 2006 con la ayuda de su hermana Cosmo. Muchas recolectas de botellón se hicieron en la universidad, pero sin mucho éxito.
En 2007 Shin y Cosmo emprendieron viaje hacia nuestro país para terminar de establecer SHH. Poco después se empezó la construcción de Villa Soleada, una escuela bilingüe para niños con bajos recursos en la zona de El Progreso y sus alrededores.
Villa Soleada se inauguró en el 2012 y actualmente brinda educación a más de 300 niños desde prekínder hasta segundo año de ciclo, es decir, hasta el nivel de Middle School en el sistema bilingüe.
A partir de la pandemia del COVID-19 el mundo tuvo que tomar nuevas medidas para retomar casi todas sus actividades cotidianas y es por eso que SHH se dio la tarea de brindarle a cada uno de sus estudiantes los recursos necesarios para poder asistir a clases virtuales.
Además, SHH proporciona las meriendas para todos los jóvenes y como en este momento las clases son de manera virtual ellos están dando la milla extra y también proveen para cada una de sus familias. Una tarea, sin duda alguna, admirable.
A pesar de todo, el 2020 fue positivo para SHH. Lograron graduar a su primera generación de educación media (Middle School) y además celebraron la construcción de la secundaria Villa Soleada para seguir brindando educación de calidad para que los jóvenes puedan obtener un título de bachiller y así poder tener la posibilidad de emprender una carrera universitaria en el futuro.
Además del aspecto educativo y de formación que ha hecho de Students Helping Honduras un éxito humanitario, tenemos que mencionar que también fueron fundamentales durante los huracanes de ETA y IOTA, al proporcionar víveres y albergues para todos aquellos que se vieron afectados por las lluvias torrenciales.
Sin duda alguna Shin Fujiyama y compañía son un ejemplo positivo no solo para los hondureños, pero para el mundo entero; demostrando compasión, corazón y entrega a favor de quienes más lo necesitan para fortalecer las comunidades en las que se encuentran.
Si desean conocer más sobre Students Helping Honduras los invitamos a su página web donde podrán obtener más información de sus proyectos y también de como pueden aportar su granito de arena.
¡No olvides también seguir a Shin en su cuenta de Instagram donde pasa bastante activo!