Este martes se confirmó el descenso de uno de los equipos con más tradición en Alemania, el Schalke 04, tras pasar una pesadilla de temporada. El modesto Arminia Bielefeld, quién también está en una lucha por no descender, fue quien dio el toque de gracia para, que de una vez por todas, se terminara el sufrimiento del equipo de Gelsenkirchen.
El regreso de jugadores que en el pasado fueron importantes para el Schalke como Klaas-Jan Huntelaar y Sead Kolasinac no fue suficiente para ayudar al equipo a salvar la categoría. Apenas han sumado 13 puntos de 90 posibles y están a 14 del penúltimo lugar con cuatro fechas por jugar.
Llegaron a sumar 30 partidos sin ganar, seguidilla que venía desde el final de la temporada anterior. Fue hasta el 9 de enero que ganaron su primer encuentro del certamen 2020-21 de Bundesliga ante el Hoffenheim. Triunfo esperanzador debido a que en Alemania solo hay dos descendidos directos y un hipotético tercero, primero debe jugar una promoción ante el tercer lugar de la segunda división.
La realidad fue otra, no se logró llegar a una racha positiva mientras que los demás equipos se alejaban más y más; el Schalke 04 estaba condenado al descenso desde hace tiempo. Sí, el equipo que compitió en las semifinales de la UEFA Champions League de hace apenas 10 temporadas y fuera campeón de DFB-Pokal esa misma temporada, tendría que bajar de categoría en su país.
Es difícil hablar del Schalke 04 sin que se nos venga a la mente algunos de los grandes jugadores que han tenido. Manuel Neuer, Leon Goretzka, Mesut Özil, Raúl González Blanco, Ivan Rakitić, Leroy Sané, Julian Draxler, Kevin-Prince Boateng, Benedkit Höwedes, Andreas Möller (campeón del mundo en Italia 90), entre otros.
Será el primer descenso de la institución desde 1988 y un duro golpe para la institución y el fútbol alemán en sí, ya que la primera división perderá una de las grandes plazas de toda Europa, la Arena Veltins.