Este pasado 18 de abril se confirmó la creación de una Superliga europea organizada por los clubes más importantes del viejo continente. AC Milan, Arsenal FC, el Atlético de Madrid, Chelsea FC, FC Barcelona, FC Internazionale Milano, Juventus FC, Liverpool FC, el Manchester City, Manchester United, Real Madrid CF y Tottenham Hotspur serán los clubes fundadores.
El formato de la competición sería el siguiente: Participarán 20 clubes, los 15 clubes fundadores y otros cinco equipos adicionales que se clasificarán anualmente sobre la base del rendimiento de la temporada anterior.
Todos los partidos se jugarán entre semana, todos los clubes seguirán compitiendo en sus respectivas ligas nacionales, preservando así el calendario tradicional que está en el centro de la vida de los clubes
La liga estaría siendo presidida por Florentino Pérez y tendría de segundos en comando a Joel Glazer del Manchester United y Andrea Agnelli de la Juventus de Turín.
La decisión ha creado polémica y disgusto entre la mayoría de aficionados que ya han manifestado su molestia en redes sociales e incluso en las afueras de estadios como Anfield y Old Trafford.
En un comunicado lanzado por el Real Madrid, el más importante de los clubes fundadores, se explica que el fútbol necesita un nuevo modelo económico a raíz del caos que ha causado la pandemia en la que, todavía, vivimos.
La UEFA y la FIFA ya han amenazado a los jugadores que participen en dicha liga al negarles participación en cualquier torneo organizado por ellos (Champions League, Europa League, Eurocopa de naciones, Copa del Mundo, etc).
Otras ligas como la española y la inglesa negarían la participación de estos clubes en sus torneos, así confirmando el conflicto de intereses que hay entre equipos y federaciones deportivas. El tema económico es el principal factor que ha causado tanta discordia en las últimas horas.
Por el momento se estarían suspendiendo las semifinales de Champions League y Europa League, aún no se sabe si los torneos se van a terminar cancelando.
Lo que está claro es que las masas están furiosas y hasta se ha tildado de “elitistas” a quiénes apoyen la nueva Superliga. La moneda está en el aire, la revolución en el fútbol es inminente, ¿pero a qué costo?