La inseguridad alimenticia ha sido un tema en el país por muchos años, pero debido a la cuarentena a la que nos tuvimos que someter el año pasado el problema creció. Es por eso que hoy queremos destacar la noble labor del Banco de Alimentos de Honduras, durante este tiempo y todos los años que ha tenido de operar en nuestra nación.
La licenciada Vanessa Caballero y el staff del Banco de Alimentos de Honduras nos abrieron sus puertas para enseñarnos un poco del proceso que se hace para poder repartir toneladas de alimentos a distintos lugares del país.
“La mayor parte de nuestros donantes son de la industria alimenticia. Nosotros rescatamos comida de comercializadoras, distribuidoras y hasta de las mismas producciones de estos alimentos” nos explicaba la licenciada Caballero.
A lo largo de los 9 años en los que el Banco de Alimentos ha dado función en el país se han beneficiado más de 29.000 personas que han recibido alrededor de 16.7 millones de raciones de comida, así demostrando su compromiso contra la desnutrición e inseguridad alimentaria.
“Actualmente somos tres agencias, una en Tegucigalpa, una en San Pedro Sula y otra en Choluteca. A pesar de que solo estamos en estas tres agencias, el Banco de Alimentos de Honduras está funcionando en los 18 departamentos del país y está apoyando en 75 municipios”.
En el 2020 el Banco de Alimentos inició con apenas 22 municipios en 7 departamentos, pero a raíz de la pandemia se han triplicado esfuerzos y lograron llegar a las 75 comunidades anteriormente mencionadas para poder ayudar a todavía más personas que se quedaron casi sin opciones por la crisis sanitaria que, todavía, estamos viviendo.
La licenciada Caballero después procedió a darnos un pequeño tour dentro de la bodega para enseñarnos y explicarnos las labores que ellos realizan antes de poder entregar los alimentos. En ese momento los voluntarios estaban reempacando productos que subsecuentemente serán donados.
“De repente vienen con un hoyito, viene dañada la bolsa y ellos entonces hacen el respectivo reempaque para que ese producto se entregue a las organizaciones asistenciales legalmente constituidas que tiene el Banco de Alimentos de Honduras”.
Los supermercados y algunas otras tiendas tienen estándares de calidad y muchas veces algunos empaques no los cumplen y son descartados, pero el Banco de Alimentos sí recibe estos productos porque podría servirle a alguien más. Si no fuera por esta organización, toneladas de alimentos en buen estado terminarían en la basura.
“Otra de las metas del Banco de Alimentos de Honduras es abrir comedores comunitarios para alimentar a muchísima más gente, pero también es importante mencionar que no solo entregamos granos básicos, sino que también carne roja, carne blanca y el año pasado empezamos a obtener donaciones de pescado en forma de Tilapia”, resaltó Vanessa con evidente alegría. La inclusión de pescado al plan de donativos no es poca cosa, los beneficiarios podrán gozar de una dieta más nutritiva y, además, mejor balanceada.
Además de hacer entrega de miles de kilos en alimentos, también se incluyen artículos de cuidado personal como ser cremas, gelatinas, pasta dental, cepillos de dientes, jabones, etc.
Antes de la pandemia el Banco de Alimentos de Honduras brindaba comida para niños de diferentes escuelas públicas, pero tras el cambio en metodología académica se ha tomado la decisión de ir a la casa de cada niño para poder seguir ayudándoles, solo que ahora todas las personas de ese hogar se verán beneficiadas porque ellos, de igual manera, serán tomados en cuenta.
“Actualmente cuatro o cinco organizaciones diferentes están viniendo todos los días para poder llevar los alimentos que hemos preparado para ellos. Se les avisa temprano mediante un correo electrónico que se les está empacando alimento para que a horas de la tarde puedan pasar por acá trayéndolos.”
Cabe destacar que cuando empezó la cuarentena y había mucha restricción con el tema de las salidas, la gente del Banco de Alimentos de Honduras consiguió los permisos y salvoconductos necesarios para operar y poder circular. De esta manera pudieron hacer entrega individual de alimentos a cada organización afiliada y a las que se fueron uniendo en el camino.
El Banco de Alimentos de Honduras sigue firme en su lucha contra la desnutrición en el país, aún después de tener un 2020 bastante cargado a raíz de la pandemia y los huracanes ETA y IOTA que azotaron la zona norte de Honduras. Es por esto que ellos necesitan toda la ayuda posible y si están interesados en ayudar de cualquier manera pueden contactarlos en sus redes sociales.