El cielo de China se encuentra de color naranja, esta vez no tanto por los recurrentes temas de contaminación que sufre el país asiático, sino que se encuentra bajo una poderosa tormenta de arena que proviene desde Mongolia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el índice de concentración de diferentes contaminantes en el aire no debe superar los 25 porque a partir de ahí ya no es segura, sin embargo, las mediciones realizadas en China arrojaron un resultado de 655 microgramos por metro cúbico, convirtiendo que el usar la mascarilla tenga una doble función.
Las autoridades chinas recomendaron a la población evitar salir a la calle en la medida de lo posible. Los vehículos en plena mañana debían permanecer con las luces encendidas, debido a la oscuridad que invade a muchas partes del país, sobre todo, en Beijing. Las fotografías no dejan de sorprender debido a la magnitud del problema que ha traído consigo el cierre de aeropuertos.
«En algunos lugares, hay fuertes tormentas de arena con una visibilidad de menos de 500 metros», declaró la Administración Meteorológica de China, a través de un comunicado, misma que declaró alerta amarilla por las condiciones que actualmente están imperando. De momento, más de 80 personas se han reportado como desaparecidas.