Muchos son los compatriotas que abandonan el país en busca de mejores oportunidades de vida; un destino recurrente es España ya sea por estudio, arraigo o asilo. Además, el idioma es un factor a favor, ya que pueden comunicarse desde el inicio sin mucho problema.
Mientras que unos llegan a España tras mucho tiempo de estarlo meditando hay otros que llegan por una de esas casualidades de la vida y nuestro invitado de hoy, Ariel Munguía, no dudo en aprovechar la oportunidad que se le presentó hace cuatro años.
¿Cómo llegaste a España?
“Hace tiempo una pareja de españoles llegaron de visita a Cuenca del Cangrejal en La Ceiba, se hicieron buenos amigos con mi mamá y luego mi papá y yo los conocimos. Ellos regresaron, pero esta vez compraron una propiedad y se les miraba más seguido”.
Luego a Ariel se le presentaría la oportunidad de ir a España a trabajar, de manera ilegal, por unos cuantos meses para poder ahorrar algo de dinero que le serviría a él y su familia cuando regresara a Honduras. Los españoles que conoció en Cuenca del Cangrejal le ayudarían.
¿Qué dio inicio a tu amor por la cocina?
“La verdad es que es algo chistoso. En mi vida yo nunca había cocinado algo, no fue algo que aprendí en la casa o que busqué, simplemente sucedió que un día en el trabajo, se me presentó una oportunidad para estudiar gastronomía y así empezó todo”.
Rápidamente regresó a Honduras para poder tramitar sus permisos para estudiar en España y ante la inmediatez del asunto tuvo que costearse un vuelo de 1,900 euros. Afirma que no había tiempo para pensar o para rebuscar un vuelo más barato. La oportunidad de su vida estaba en juego.
¿Cuál fue la primera competencia culinaria que ganaste en España?
“En el 2018 obtuve el primer lugar en el concurso desTAPAte, la dinámica de esta competencia es hacer platos que se puedan comer en uno o dos bocados y que nada más se tenga que usar las manos, no se utiliza nada de cuchillos o tenedores”.
Luego en 2019 el joven chef ganaría el concurso “Jóvenes Promesas de Palencia” donde solamente 18 chefs seleccionados llegan a la final. En esta ocasión recibió un premio de 700 euros.
¿Cómo haces para sustentarte económicamente?
“Pues, como te mencionaba cada centavo que gano en estos concursos ayuda y pues trabajo también como chef. También tengo que mencionar a Ramón Segura y Elena Ruiz a quiénes considero mis padrastros, sin ellos no podría hacer nada de lo que estoy haciendo”.
Entre risas comentó el calvario que sufrió al inicio de la pandemia, ya que Elena y Ramón estaban en Cuenca del Cangrejal y que en ese momento se les imposibilitaba mandar ayuda económica por temas logísticos. Hubo días en los que comía solamente una vez al día para que le rindiera el dinero con el que contaba en ese momento. Afortunadamente, hubo un vuelo privado con destino a España y cuando sus padrastros regresaron a Europa la situación mejoró inmediatamente para el chef.
“Ellos fueron quienes me trajeron a España y quienes me han ayudado en todo lo que he necesitado, estoy muy feliz de contar con ellos, son personas maravillosas”.
¿Actualmente cuáles son tus proyectos?
“Ahorita en febrero gané el Concurso de Cocina de Aragón, un concurso que es a nivel escolar y cuya dinámica es utilizar y resaltar ingredientes de la provincia de Aragón y esto me ha puesto como uno de los mejores 50 cocineros de España dándome entrada al concurso auspiciado por Le Cordon Bleu, la mejor escuela gastronómica de España y del mundo”.
Munguía deberá quedar dentro de los primeros 10 platos más votados (puedes votar aquí) para poder ingresar a la final que se llevará a cabo el 4 de abril. El primer lugar obtendrá 23,800 euros para una beca en Le Cordon Bleu y el segundo una media beca. “Sería fantástico ganar la beca”, expresó.
¿Qué planes tienes más adelante?
“He recibido llamadas del chef Carlos Espinal quién es catedrático de UNITEC en la carrera de gastronomía y puede ser que en un futuro podamos trabajar juntos, pero ahorita mi deseo es poder avanzar lo más que pueda aquí en España”.
Hablando más a largo plazo, quiere poder ayudar a la comunidad de Cuenca del Cangrejal y todo el departamento de Atlántida en específico. Potenciar a los microempresarios, generar empleo y bueno, también comentó que le gustaría abrir una escuela de gastronomía en el futuro.
Con apenas 22 años Ariel Adonay Munguía ya está dando mucho de que hablar, un talento que sin duda ha sabido aprovechar, ha encontrado algo que le apasiona y al hacer lo que mejor le gusta, pone en alto el nombre de su familia, de sus padres adoptivos y el de Honduras así demostrando la capacidad que los catrachos podemos llegar a tener. ¡No olvides seguirlo en su cuenta de Instagram para poder apoyarlo en todos sus proyectos!
¡Ariel es sin duda orgullo catracho!