La lucha con el contrabando y el comercio sigue más fuerte que nunca en el país. Organizaciones alrededor del mundo y sobre todo en Latinoamérica siguen en la lucha para poder reducir la entrada de la mercancía ilegal a sus países; luchando de tú a tú contra aquellos que han optado por vivir del comercio ilegal, introduciendo productos contrabandeados y de baja calidad en diferentes puntos estratégicos de la nación.
Por mucho tiempo en Honduras y en otras partes del mundo, el comercio ilícito ha sido vinculado a la defraudación aduanera, afectado al cierre de empresas, la salud pública de los países y aportando significativamente al monstruo de varias cabezas que lleva por nombre crimen organizado.
En el crimen organizado, operan personas que se dedican al contrabando de diferentes productos, siendo parte de estructuras criminales y también realizando otro tipo de delitos como robo, lavado de dinero o cobro de extorsión. Esto ha llegado a tal punto que, el contrabando ha convertido a ciento de jóvenes hondureños en delincuentes, generando un impacto negativo en la sociedad, destruyendo el futuro del país.
Los delincuentes que comercian y se benefician del tráfico ilícito no diferencian a sus consumidores de ninguna manera. Asimismo, el ambiente de irregularidad, contrabando y evasión no genera empleos legales y bien remunerados, solo multiplica la pobreza, ya que, el contrabandista no provee condiciones favorables de trabajo, por lo contrario.
“Las estructuras trasnacionales encuentran en el triángulo norte (Honduras, Guatemala, El Salvador) un terreno bueno para hacer su trabajo. Encuentran pandillas y maras, que son de alguna forma los brazos logísticos de estas estructuras transnacionales”, dio a conocer Alejo Campos, Director Regional de Crime Stoppers Internacional para El Caribe, Bermudas y América Latina.
Según el Foro Económico Mundial, colectivamente, el valor del comercio ilícito y las actividades delictivas transnacionales se estima entre 8% y 15% del PIB mundial, y según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y Delito, el crimen organizado transnacional es un negocio que genera 870 millones de dólares al año.
En diferentes partes del mundo y sobre todo en Honduras, las personas que se dedican al contrabando de productos, son parte de estructuras criminales y también realizan otros delitos como robo, lavado de dinero o cobro de extorsión.
Teniendo en cuenta que, las penas pueden ir en ascenso dependiendo de los montos que se presenten y el perjuicio que puede ocasionar al Estado, pudiendo ser desde 3 hasta 12 años; dejando perdidas millonarias al estado, y ocasionando un severo daño a la sociedad.
“Hay que atacar la forma del delito en cada una de las jurisdicciones y entender la estructura y no atacar solo a un integrante de esta estructura porque si no se renueva, se arresta gente, pero hay otro grupo que está esperando para entrar al vacío que quedó”, recalcó Campos.
Concluyó diciendo el Director de CSI: “El crimen transnacional organizado y las estructuras terroristas en el mundo han movilizado a los contrabandistas y se han quedado con las plazas del contrabando o comercio ilícito en general”.
Crime Stoppers International (CSI), es una organización global, sin fines de lucro, que trabaja con autoridades nacionales, medios de comunicación y todas los sectores, públicos y privados, para promover y facilitar la participación ciudadana en temas de seguridad pública de los países.
Siendo este el encargado de ayudar a desarticular las redes de delincuencia organizada y grave, educar y alentar a las comunidades a compartir la información que tienen, desarrollar y ejecutar campañas globales contra el crimen; y la realización de iniciativas de promoción y fomento de la capacidad. CSI, cuenta con sedes en Estados Unidos, Canadá, Caribe, Bermudas y Latinoamérica, Europa, Australia y Nueva Zelanda, Pacífico y África.
