Entre estudiantes, docentes y personal administrativo de la Universidad Católica, no podía faltar en sus comentarios alagar a un negocio de comida dentro de este centro de estudios, hablamos de las deliciosas Chicken Fingers de la Cato, propiedad de Don Carlos, o conocido cariñosamente por todos ellos como Don Papa.
El negocio dentro de la universidad lleva diez años funcionando y era el punto ideal de reunión de todos los estudiantes que, en «ajustadilla», compraban el delicioso plato que cuesta 150 lempiras, pero por la gran abundancia de comida, podían disfrutarlo hasta cuatro estudiantes simultáneamente. Había quienes hasta desayunaban fingers a las 7 de la mañana porque era imposible resistirse a comprar al pasar al lado de donde se encontraban ubicados.
Pero esos días de gloria para todos habían quedado en el recuerdo de todos ellos, debido a la situación que atravesamos por la pandemia del COVID-19. La buena noticia para todos los que ansiaban volver a comer en Chicken Fingers de la Cato es que desde ayer 11 de febrero del 2021, don Carlos ha reabierto su local, encontrándose en la colonia 15 de septiembre, frente a la Iglesia Santa Teresa de Jesús, el local se encuentra ubicado en la esquina.
Según nos cuenta Don Papa, ayer quienes se encontraban en la fila aguantaban hasta dos horas debajo del sol, a tal punto que, en horas de la tarde se le habían agotado las papas, todo con tal de volver a degustar ese suculento sabor. Los que estaban en la cola eran actuales estudiantes y graduados de la Universidad Católica y había quienes hasta aseguraban ser de otras universidades de la capital.
Diez años después, los deditos de pollo siguen siendo aclamados por todos los que alguna vez los probaron o que desean saborear este manjar. «No me imaginaba, era impensable, pero en la Católica fue rápido el crecimiento. A los dos o tres meses, ya teníamos muchos clientes», se refiere Don Papa, al éxito que ha tenido el negocio de comida.
Desde temprano su teléfono no paraba de sonar, al momento en que llegamos al local, ya tenía cinco órdenes pendientes de entregar y en menos de diez minutos, la fila ya era de diez personas, esperando ser atendidos. «La comida es muy buena, la atención también es algo a resaltar porque nos trata súper bien, siempre que queríamos más servilletas allá en la universidad, él nos las daba y siempre ha estado a disposición de sus clientes. Don Papa ha fortalecido amistades porque en almuerzo siempre íbamos a comer», nos cuenta la estudiante de medicina, Alexa Palma, quien fue la primera en llegar a comprar.
Ella se dio cuenta de la reapertura del famoso negocio a través de Twitter, donde aparece bajo el nombre de usuario @DonpapaCarlos, la publicación que fue compartida por muchos decía lo siguiente: «Los Chicken Fingers de la Cato estarán disponibles en la Col.15 de Septiembre, frente la iglesia católica Santa Teresa. Para recoger o para delivery, solo cash. Los pedidos serán al 9990-6710 por WhatsApp. Queremos arrancar este jueves 11 de sept».
El tweet fue difundido por todos los fieles clientes de Don Carlos, quien durante este año estuvo sin generar ingresos, puesto que la universidad se encuentra cerrada y es muy poco probable que este año abra de nuevo. Por lo que ha tomado con mucha emoción volver a sentir ese ambiente, esa interacción con las personas, con sus hijos, como cariñosamente les dice a los estudiantes y el gusto de nuevamente levantarse a las 4 de la mañana para preparar todo lo que concierne a la cocina.
«-¡Aló! Buenos días, dígame. Habla Don Papa». Así se presenta don Carlos a las decenas de clientes que desde temprano hacen sus encargos a través del teléfono. Para quienes tienen banca en línea, también pueden llegar al local y hacer una transferencia bancaria a través de su celular a la cuenta BAC 917413301, la demás información la otorga él en el instante en que está atendiendo.
El local aún no aparece en las empresas de delivery, no obstante, pueden hacer uso del servicio de mandados que brindan estas aplicaciones, de esa forma pueden disfrutar de la comida que con mucho amor realizan las señoritas en la cocina. Y al estilo de Don Cangrejo en la caricatura de Bob Esponja, no nos quiso compartir la fórmula secreta de las salsas que bañan a las papas y deditos de pollo.
«La mezcla de todas las salsas es lo que da el sabor, no le puedo revelar más ja, ja, ja», fue lo único que nos quiso revelar. En cuanto a los dedos de pollo, tiene dos sabores de salsas, la barbacoa, la picante o normal, o sea, sin ninguna de los dos aderezos anteriormente expuestos.
Todo el éxito de su negocio asevera que está en el ser superior, «yo diría que es una bendición de Dios porque yo de cocina no sé nada, yo solo fui pidiendo en oración y esto es algo que no es humano». Y para no atrasarlo más, partimos, pero antes de irnos dejó hecha la invitación para todos los amantes de los Chicken Fingers. «Estamos a la orden aquí en la colonia 15 de Septiembre y espero que vengan, la calidad y el sabor se mantiene», finalizó.