La primera vez que se robaron la imagen de la virgen ocurrió un domingo de resurrección, un 12 de abril de 1936 a tempranas horas de la mañana. El país fue conmovido por una lamentable noticia, la morenita había sido robada de su santuario, el lamentable acontecimiento causo preocupación a los feligreses católicos.
Este acto fue inconsciente de amor, la persona que sustrajo la imagen era una enferma mental, que, al rezarle ese domingo a la inmaculada, escuchó que la virgen le pidió, que la llevará a pasear; “llevarla a pasear porque nadie la extraía de la caja transparente donde la metieron”.
Se supo que fue ella, porque, ya de regreso a Tegucigalpa, como a las 7:00 am, encontró varias señoras que iban a encenderle velas a la Virgen y ella les dijo: “Regresen a encenderlas en mi casa porque aquí llevo a mi tía”. Al llegar al santuario las señoras notaron que la virgen había desaparecido, recordaron las palabras que les dijo la mujer y se las repitieron a los sacerdotes.
Se trataba de “La Loca Lola” o como realmente se llamaba Dolores Chávez, una mujer con problemas mentales, ella se la había llevado a su casa en el barrio el Sipile de Comayagüela y se pudo recuperar la estatuilla de la madre de los hondureños. Luego estuvo expuesta a su veneración en la iglesia y catedral del centro de Tegucigalpa. El domingo 19 de abril de ese mismo año, fue trasladada nuevamente a la Basílica de Suyapa y más de 10 mil personas presenciaron el regreso a su hogar.
La segunda ocasión en que se la robaron fue el 1 de septiembre de 1986, individuos sin escrúpulos, pensando que podían tener un alto provecho con los ornamentos de la imagen, violentaron la entrada del viejo santuario e hicieron lo mismo con el retablo del altar mayor. La increíble acción fue descubierta a las 6:00 am, pero se encontró al siguiente día en un restaurante en el centro de la capital, llamado “La Terraza de Don Pepe”. Estaba envuelta en hojas de periódico en el baño de hombres, fue despojada de su traje y de su corona, hecho con oro y plata.
Cabe mencionar que, la Virgen de Suyapa mide 6,5 centímetros y está hecha de madera de cedro. Su tonalidad es un tanto oscura y se asemeja al color de piel de la mujer hondureña, así como las facciones de su bello rostro y su cabello, la posición de sus manos indica fe y oración, algo muy significativo para quienes confiamos en su amor.