El rol de la mujer dentro de la sociedad se ha visto en incremento durante los últimos años. Según datos brindados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2019 el 43% de las mujeres en Honduras trabajan a cuenta propia y el 44% trabajan para alguna empresa en particular.
La responsabilidad de ellas en la casa se ha equiparado con la del hombre y, a veces hasta lo ha superado. Hoy en RadioHouse, la periodista Saraí Espinal, hizo un pequeño espacio en su agenda como profesional y ahora como mamá, para compartir con nosotros en la Semana de la Mujer Hondureña. «Estoy muy agradecida con todos ustedes por tomarme en cuenta en este día tan especial para las mujeres», nos dice al llegar a nuestras instalaciones.
Saraí, quien labora como presentadora en la revista La Tarde que se transmite en HRN, ha tenido un giro de 180 grados en su vida, debido a que en los últimos años contrajo matrimonio y también se volvió madre de familia en un tiempo en el que se vuelve complicado cuidar bebés por la actual pandemia del COVID-19, por esta razón, optó por mantener su mascarilla durante toda la entrevista. Hoy conoceremos un poco más de su faceta como madre y su forma de ver a la mujer. ¡Comenzamos!
La mujer hondureña se caracteriza por ser valiente, siempre afronta con valor todo lo que la vida les presenta, a ello Saraí agrega otras virtudes.
«La transparencia, la responsabilidad y los objetivos como metas que tiene la mujer son las principales virtudes que tenemos para poder seguir adelante en este país. Somos bastantes aguerridas, en el sentido que nos gusta salir adelante y buscamos cumplir nuestros objetivos. Yo siempre comparo a la mujer con la leona, ella es la que caza, el león espera en la guarida hasta que la leona le lleve los alimentos. Quiero decir con esto que, las mujeres siempre estamos un paso más adelante», aclara.
En cuanto a los temores que deben afrontar las mujeres, Saraí hizo mención a uno en particular que hay entre ellas mismas.
«El tema de discriminación entre nosotras mismas. Muchas veces por envidia dejamos de apoyar a otra mujer para que llegue a un cargo como en política y como no somos nosotras, no apoyamos. La envidia es algo que tenemos que vencer como mujeres. El temor a que otra sobrepase nuestras metas nos lleva a tener envidia», enfatiza.
Y por qué solo admirar a una mujer, cuando pueden ser todas.
«Yo admiro a todas las mujeres que día a día luchan para salir adelante, independientemente si es conocida o no. Ahora que soy madre, respeto la labor de la mujer, una madre soltera es de admirar también debido a que no es fácil. Si yo que tengo mi esposo, y me cuesta, no digamos una madre soltera», menciona con orgullo.
En el pasado mes de noviembre Saraí Espinal dio a luz a una nena, a quien le puso el nombre de Luciana y ese momento es, según ella, lo más bonito y, a la vez, lo más difícil de ser mujer.
«Lo más bonito es dar a luz, es un momento mágico y lo más difícil es dar a luz también, porque yo estuve embarazada y también perdí un bebé, y eso en una mujer es muy duro. Dar a luz es una de las cosas que más me ha impactado como mujer», recuerda.
El proceso antes de ser mamá para Saraí fue complicado, la periodista perdió un embarazo y en el último parto tuvo complicaciones.
«En las dos ocasiones fue algo duro, en el último casi perdemos la vida las dos, pero gracias a Dios estamos con vida. Estuve 12 horas en parto normal y estuve en cesárea 15 minutos», manifiesta.
Invitada especial
En nuestra entrevista quiso hacer presencia también la tierna Luciana, quien a través de videollamada reconocía la voz de su madre cada vez que le hablaba, siendo un sentimiento importante para quienes estábamos en cabina, el presenciar algo que siempre nos cuentan, la capacidad que tenemos de reconocer la voz de quien nos cargó por nueve meses en su vientre. Cada media hora Saraí habla con su amada hija desde que sale desde su casa hasta cuando vuelve.
Culminada la tierna intervención, retomamos la entrevista y continuamos con el tema de ser mamá y nos relata que la ayuda de su esposo ha sido importante en el proceso.
«Mi esposo ha sido un pilar fundamental para mí. Decía mi mamá que cuando uno se convierte en madre se le cambia completamente el chip y es cierto porque desde el primer día que di a luz me convertí en una mamá al 100. Para mí es algo maravilloso y no entiendo cómo las mujeres pueden considerar el aborto como una salida, si solo el hecho de saber que uno tiene una criatura, que va a dar vida, es algo totalmente sorprendente», ejemplificó.
El primer pañal lo cambió ella y, entre risas, recordó que al papá le tocó el premio (ustedes sabrán qué es). Y es que ser madre por primera vez lleva consigo muchos retos, pero ahora con el COVID-19 se ha vuelto más complicado, pero para ella los cambios no han sido drásticos porque en su casa el aseo siempre ha sido una costumbre.
«Yo no puedo opinar de la etapa en la que no había COVID-19 porque no era madre y en esta no ha habido mucha diferencia, o sea, yo he estado en la casa y aún me estoy cuidando. Antes que empezara la pandemia, mi esposo y yo estábamos acostumbrados a bañarnos después de llegar del trabajo y a lavarnos las manos. Es algo de aseo, básicamente». Y gracias a ello se ha mantenido siempre ha salido negativa en las pruebas de coronavirus.
Saraí inició su vida como profesional en el departamento de Relaciones Pública de Digicel (ahora Claro), posteriormente llegó a HCH y después pasó a donde ahora sigue en Emisoras Unidas; mantenerse en los medios se debe a un valor en específico nos relata.
«La perseverancia, creo que si no hubiera tenido perseverancia no estaría en donde ahora estoy. El hecho de tomarme en serio mi trabajo, hacerme respetar, lograr tener ese profesionalismo y entrevistar a cualquier persona sin distingo de edades ni profesión y que me tomen en serio, es lo que a toda mujer le puede llegar a beneficiar en el futuro. Si tiene esa perseverancia puede salir adelante», afirma.
Y la idea de volver a HCH algún día lo deja en manos de Dios.
«Varias veces, en distintos años, he tenido acercamientos con ellos, con don Eduardo y doña Melissa. Hubo un momento en que quise regresar, pero, realmente, Dios toma el control y no puedo decir nunca. Solo Dios sabe a dónde me va a orientar en unos años», manifiesta.
Antes de marcharse felicitó a todas las catrachas en su día.
«Yo quiero felicitarlas a todas, desde que nacemos somos sorprendentes. Tenemos una responsabilidad enorme en nuestros brazos, somos el respaldo de un hombre, somos la fortaleza de la casa y debemos considerar el hecho de siempre estar estudiando. Toda mujer puede llegar a donde quiere, siempre y cuando sea perseverante», concluyó.
