Honduras ha sido golpeado fuertemente por Eta, dejando grandes pérdidas en todos los sentidos. A pesar de todo el sufrimiento que el pueblo está experimentando, aún hay muchas cosas buenas que rescatar de todo lo malo que hemos vivido esta semana.
Miles de fotografías han circulado por redes sociales. Hemos visto a policías, bomberos y miles de voluntarios que han arriesgado sus vidas para poder ayudar a las personas durante esta crisis. También nos quedamos con las postales de aquellos hondureños que no abandonan a sus mejores amigos durante esta difícil etapa.
Aquellos amigos de cuatro patas que han estado en las buenas y las malas, y que, en esta ocasión, tuvieron que cargarlos como nunca lo habíamos hecho para poderles salvar la vida y así continuar disfrutándolos por unos años más. Sí, no importa si son perros, conejos, gatos u otro animal, el hondureño le ha dado prioridad a su amistad y no lo ha dejado solo.
El fotógrafo Khedyt López Tábora publicó en sus redes sociales varias imágenes de este tipo, que han conmovido a cientos personas en nuestro país y en todo el mundo. Como pudo, la gente del Valle de Sula sacó sus pertenencias; lo poco de ropa, varias maletas y sí, como pudieron sacaron a ese ser de la familia que no puede faltar.
Este tipo de acciones brinda mucha esperanza. Dando a entender, que, a pesar de las circunstancias, los animales son parte fundamental para nuestras vidas, y que se han convertido en seres únicos e irremplazables, que van a estar siempre presente sin importar lo que pase. Jóvenes y adultos de la tercera edad han dado cátedra a la población, que la amistad sincera entre humano y animal si existe.
No solo López ha logrado captar este tipo de imágenes, varios fotógrafos anónimos de nuestro país han publicado como las familias hondureñas llevan a sus mascotas durante las inundaciones. Del mismo modo, hemos visto como bomberos y rescatistas han dado prioridad a estos animales, que sienten, respiran y sufren igual que nosotros.
Este tipo de acciones son una luz durante el oscuro túnel que estamos atravesando. La sociedad hondureña cada vez es más consiente, y al pasar de los años, está preocupándose más por los seres vivos que nos rodean las 24 horas los 365 días del año.