Llegan muy buenas noticias desde Filipinas, ya que en dicho país se han comenzado a elaborar mascarillas biodegradables, las cuales, vendrán a sustituir a las que se han venido usando en los últimos meses, y han causado un gran daño al medio ambiente en casi todo el mundo.
Estas nuevas mascarillas son hechas a base de abacá, pariente del plátano y que es muy usada para elaborar billetes de banco y bolsitas de té por ser duradera como el poliéster. Este material es una gran alternativa para reemplazar el plástico en millones de mascarillas que se están utilizando en todo el mundo y que están llegando a la naturaleza por la falta de valores de muchos seres humanos.
Filipinas es el mayor productor mundial de este material y suministró el 85% de la fibra en 2017, según los últimos datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Se proyecta que la producción mundial tendrá un valor de $ 100 millones este año y que este país tenga ganancias millonarias con la venta de esta materia prima.
El departamento de Ciencia y Tecnología de Filipinas realizó un estudio que demostró una gran resistencia dentro de las fibras del papel de Abacá mucho mayores que las de la máscara N-95 comerciales además de tener rangos aceptables de porosidad según lo recomendado por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los EE.UU.
Según personas expertas en el tema, la producción de abacá no puede mantenerse al día con la demanda. Se estima que los productores aumentarán la producción a 74,000 toneladas métricas este año, eso no será suficiente para satisfacer el déficit de suministro del año pasado de aproximadamente 125,000 tonelada.
Países vecinos de Filipinas como China, India y Vietnam han solicitado este material para el desarrollo de materiales para la salud. Es importante tener en cuenta el impacto medioambiental que tienen todos los productos que actualmente se están utilizando para evitar la propagación del COVID-19 y debido a eso, se busca una salida que beneficie a las personas y medio ambiente.
Ojalá esta iniciativa que han tenido los filipinos sea imitada por otros países y que puedan realizar mascarillas y otro tipo de materiales de plantas o frutas que sean amigables con el medio ambiente, para así proteger las vidas de los seres humanos del COVID-19 y del planeta.