Un cinco de septiembre del año 1946 nace un hombre al que el mundo no olvidaría jamás, su nombre es Farrockh Bulsara, mejor conocido como Freddie Mercury, una leyenda de la música, una figura qué con su partida dejó al mundo un legado de canciones imperecederas, de esas que se te clavan bien en el fondo del alma.
Mercury nació en el seno de una familia hindú de origen iraní que vivía en Zanzibar (Tanzania), sitio que hasta hoy, autoridades gobernadoras no reconocen como el lugar de su nacimiento, por el hecho de su orientación sexual, ya que lo consideraban indigno y es por eso que a la fecha no existe una placa, o un vestigio que asocie al artista con su lugar de nacimiento.
Mucha de su fanaticada, lo recuerdan como el hombre de la voz mágica, pero lo cierto es que Mercury no solo tenía voz, pues también poseía magia en sus manos, era un apasionado del arte, la pintura, incluso sus amigos llegaron a creer que su futuro radicaría en el diseño o la moda, dos áreas que le iban muy bien. Diseño el logo de la agrupación Queen y en algún momento se dedicó a vender ropa usada.
Sí, era un excelente cantante, pero también un excelente ser humano, sensible y amante de las pequeñas cosas de la vida como sus gatos Tiffany, Oscar y Delilah; tanto que a esta última le compuso una canción que quedaría entre el repertorio del álbum Innuendo. Mercury nunca olvidó a sus gatos, cada vez que el cantante salía de gira los llamaba por teléfono, algo bastante loco, pero que solo demostró su lado más tierno y humano.
Así como Mercury es hoy el ídolo de muchos y la inspiración de otros también tuvo sus figuras a quien admiraba y consideraba como su ejemplo a seguir, entre ellos grandes de la música como ser Jimmy Hendrix, Led Zeppelin, David Bowie, John Lennon, Elton John y Paul Rodgers.
Una de sus obras musicales y magistrales es Bohemian Rhapsody una canción compuesta por seis secciones: introducción, balada, solo de guitarra, ópera, rock y coda. Los miembros de Queen cantaron continuamente cerca de 12 horas por día, obteniendo 180 grabaciones separadas, un hito en la historia del rock contando con la tecnología de los 70.
Era un ocurrente de primera, le aterrorizaba tocar Bohemian Rhapsody en el piano frente al público por temor a equivocarse y dormía con el piano en la cabecera de su cama, por si al despertar le surgía en mente una nueva canción.
Fue un 24 de noviembre de 1991 el día en el que el cantante abandonaría este mundo, un día antes anunció públicamente que padecía de SIDA. Falleció en su casa de Londres por una bronconeumonía que no soportó a causa de su enfermedad inmunológica.
Lo cierto es que Mercury era un hombre sin igual en todo el sentido de la palabra, siempre diferenció ante los demás, era excepcional y admirable. Hoy estaría celebrando su cumpleaños número 74, a lo mejor componiendo éxitos que días después se meterían en los corazones de sus fanáticos, quienes hoy se conforman con su formidable legado musical.
¡Feliz cumpleaños hasta el cielo Freddie Mercury!