Si hay algo de lo que nos debemos sentir orgullosos es de nuestras raíces, de nuestras etnias y el valor humano y patrimonial que estas representan para el país.
Honduras es rico en bellezas naturales y turísticas, eso ni dudarlo, ¿Pero qué hay de su valor humano?, esas etnias escondidas y muchas veces olvidadas que nos representan como hondureños y que forman parte de las culturas vivas de nuestro país.
Las etnias se componen por cuatro grandes familias, entre ellos mestizos o blancos que son la mayoría, luego están Los indígenas conformados por los (Lencas, Misquitos, Tolupanes, Chortis, Pech o Payas y Tawhakas), los garifunas y los criollos anglohablantes.
Juntos todos representan el 7% de la población en el país, y destacan cada uno por su tradición, su habla y su modo de supervivencia que los hace únicos y admirables ante el resto de la población.
Los lencas localizados en el departamento de La Paz, Comayagua, Intibucá, Lempira y Santa Barbará son la etnia más numerosa en el país, poseen una cultura que los distingue de sus vecinos, campesinos o ladinos.
Los garifunas son la segunda etnia más poblada en Honduras y se localizan a lo largo de la costa Norte desde Masca en el departamento de Cortés hasta Tocomacho en el departamento de Colón, son la etnia más joven del país y son parte importante del patrimonio humano.
Entre los grupos menos poblados se encuentran los chortis, se localizan en los departamentos de Copán y Ocotepeque. En este rango también entran los misquitos, localizados en el departamento de Gracias a Dios. Los pech o payas ubicados en Olancho, Colón y Gracias a Dios, y los Tawahkas que pasaron de ser una población de tan solo 160 habitantes a un aproximado de 2,758.
Entre las lenguas podemos mencionar el español, garifuna, ingles/español, tawahka, tol, pech y misquito, cada lengua con sus particularidades interesantes y traducciones interesantes por descubrir y que al saber que son propias de nuestra gente hace que los hondureños reconozcamos el valor patrimonial que existe en nuestro bello país.
Cada etnia se distingue por su modo de subsistir, pero todos coinciden con el esfuerzo por el trabajo, su amor por el campo y el respeto de sus costumbres y tradiciones.
No son distintos por su color de piel, sus rasgos físicos o su manera de hablar, son sus culturas y modos de subsistir que los hacen únicos y especiales entre todos los demás.