En Honduras, aunque hablamos el mismo idioma y otras lenguas autóctonas, siempre habrá cosas a las que cada quien llama de formas diferentes según la zona en la que viva.
Llamemos a esto “hondureñismos”, por ejemplo los capitalinos y los sampedranos siempre han mantenido ese dilema en cuanto al verdadero nombre de las cosas, lo cierto es que son precisamente estas palabras las que hacen que identifiquemos la procedencia de un hondureño.
Si vienes a Tegucigalpa, y se te antoja un jugo natural en hielo, tendrás que decir “deme una charamusca”, pero si vas a la ciudad industrial de San Pedro Sula tendrás que decir, “deme un topogigio”, esta disyuntiva ha existido por siempre, pero tú puedes llamarlo como quieras.
En cuanto a los helados que vienen en vasitos, los capitalinos, sostienen a donde quieran que vayan y donde quiera que se encuentren que su nombre es “paletas” pero en otras zonas del país como San Pedro Sula y otros departamentos les llamas “pilones”.
Para referirse a una moneda de 20 centavos, los capitalinos dicen “Veinte”, que también utilizan para el dicho “le cayó el veinte”, caso contrario a los sampedranos que le llaman “daime, para decir “le cayó el daime”
Si escuchas a un sampedrano decir en Tegucigalpa que quiere ir a la “trucha”, entonces llévalo a una “pulpería”, así le llaman ellos a este lugar.
Y como olvidar al famoso hondureñismo “Guirro” algo muy propio de la zona norte del país. Por su lado los capitalinos se refieren a los niños como “Cipotes”.
Los de la capital llaman al banano como “mínimo”, contrario a los de San Pedro Sula que le llaman “guineo”. El “pollo con tajadas”, es nombrado así en Tegucigalpa y conocido en San Pedro Sula como “pollo chuco”.
Y así como todos los hondureñismos antes mencionados hay muchos más, y aunque el decidirse por cual es el verdadero nombre, es entre los hondureños el dilema de nunca acabar, son las cosas que nos hacen sentir orgullosos de nuestra identidad nacional.
Así que siéntete dichoso de llevar siempre tu origen a donde quieras que vayas, sin avergonzarte de tus raíces y resaltar las cosas bonitas de donde naciste.
¿Y en tu lugar cómo le llaman a estas cosas, platos o comidas?