Puede que la frase de este viernes la hayan escuchado mucho esas personas perfeccionistas, que no están conformes con algo y siempre buscan mejorar, complicándose la vida en cierto sentido.
Por tal razón, ya sea un amigo o un conocido les ha dicho…
“¡Deja de buscarle tres pies al gato!”
Todos sabemos a qué se refiere esa expresión, pero si la analizamos un poco debemos aceptar que es un tanto extraña, empezando porque deberían ser patas, aunque quizá la estética tenga que ver con ello.
Cuando alguien dice esas palabras quiere dar a entender que no hay necesidad de complicar lo sencillo, y basados en ello es ilógico que se diga “buscar tres pies al gato”, cuando tendría más sentido buscarle un quinto, ya que la probabilidad de encontrarlo es mínima.
Pero claro, existe una respuesta que nos deja claro todo, así que atentos a cada detalle.
EXPLICACIÓN
Primero déjenme decirles que las dos frases existen como tal, solo que una logró mantenerse viva con el tiempo y otra obviamente no.
Hay registros que señalan que la expresión original era “Buscarle cinco pies al gato”, así lo cuenta Sebastián de Covarrubias y Orozco en su obra ‘Tesoro de la Lengua Castellana’ de 1611, como también lo hizo Gonzalo Correas en su obra ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales’ de 1627.
Entonces… ¿En qué momento apareció eso de los tres pies?
Pues les cuento que fue Miguel de Cervantes el que al parecer reinventó el refrán, y lo hizo nada más y nada menos en su obra ‘El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha’, publicada en 1605. El escrito menciona la frase de la siguiente manera:
«—Y enderécese ese bacín que trae en la cabeza y no ande buscando tres pies al gato.
—¡Vos sois el gato y el rato y el bellaco! —respondió don Quijote»
Algunos autores consideran que se utilizó eso de los “tres pies” para darle un acento humorístico a la narración. Otros hablan de un error, aunque es la idea menos defendida.
Algunos expertos en esta obra no descartan tampoco la posibilidad de un juego de palabras, apoyado en el doble significado de la palabra “pie”. Un pie no solo es la extremidad, sino también una sílaba (en los versos, se habla de pie métrico). Por lo tanto, la palabra “gato” consta de dos sílabas, es decir, de dos pies métricos, o sea que nunca podría tener tres pies métricos porque es una palabra bisílaba.
¡Pero ojo! Hay otro asunto a tomar en cuenta, y es que la obra de Miguel de Cervantes fue publicada antes de las de Sebastián de Covarrubias y Orozco y Gonzalo Correas, así que nos podemos hacer la misma pregunta del huevo y la gallina: ¿Cuál fue primero, en este caso los “tres pies” o los “cinco pies”?
La realidad es que no existe una respuesta absoluta sobre ello, y por ende nos quedaremos con la duda. El detalle es que según apuntan diferentes autores, la frase de “Buscar tres pies al gato” comenzó a calar en la sociedad con las reediciones posteriores de ‘El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha’, concretamente a mediados del siglo XX (20).
SIGNIFICADO DE LA FRASE EN LA ACTUALIDAD:
Expresión que se utiliza para hacerle saber a alguien que no debe complicar lo sencillo o intentar probar lo imposible.