Octubre finaliza, pero la prevención contra el cáncer de mama NUNCA debe terminar, esta tiene que estar presente siempre y es por eso que en esta oportunidad nos dimos la tarea de entrevistar a una sobreviviente de esta devastadora enfermedad.
Su nombre es Nora Patricia Padilla Lagos, originaria de Tegucigalpa, a sus 52 años puede decir que es una guerrera que le ganó la batalla al cáncer de mama, es un testimonio que quedó para motivar otros casos y demostrar que siempre habrá una luz en el camino para aquellos que enfrentan la terrible situación por la que ella también pasó.
Con una infancia en la que recuerda haber pasado muy bonitos momentos, un esposo que fue su mano derecha durante toda la travesía y unos hijos quienes han sido su razón de luchar en cada momento, son todo a lo que Nora se aferró para decirle al cáncer “NO PODRÁS CONTRA MI”.
Que sea ella misma quien nos relate la historia…
¿En qué año le diagnosticaron cáncer de mama?
“Todo comenzó en septiembre del año pasado cuando empieza a sangrar mi mama derecha, me hice una mamografía y en ella aparentemente no había nada maligno, pero esos estudios los tiene que ver un doctor y yo hice lo contrario, busqué a través de internet a ver qué era lo que podía tener, nunca hay que hacer eso” explicó Nora.
Este sería el peor error que habría cometido Nora, pues recuerda que el no haber consultado con un especialista en el tema fue el detonante que desató con fuerza la enfermedad, hoy recomienda buscar ayuda desde las primeras sospechas.
“Cuando mi mama sangraba yo decía que era la menopausia, decía ya se me va a quitar y así fue dejé que sangrara y fue en diciembre que en una plática familiar yo comenté entre mi familia que estaba sangrando, recuerdo que todos histéricos y yo de lo más normal, dejé que pasara todo diciembre y fue hasta en enero que acudí a un experto” continuó.
¿Cómo tomó la noticia?
“Mi hija me hizo una cita con la mastóloga, ella me hace los exámenes y me dice que algo no anda bien, y yo negada decía no, no saldrá nada malo porque siempre fui una mujer muy sana, nunca padecí de nada. Entonces me hacen un ultrasonido y el doctor me dice se observa algo anormal, cuando llegó donde la mastóloga me dice no la voy a engañar usted tiene cáncer”, relató.
La noticia parece no haber detenido en lo absoluto a Nora, inmediatamente consultó a un oncólogo, este mediante una biopsia le confirmó la fatal noticia, asegurando que no tenía un solo cáncer sino dos tipos siendo el de la mama el más agresivo.
¿Cómo hizo para costearse el tratamiento?
“Fui al San Felipe, pero los hospitales públicos no están capacitados para ofrecer un efectivo tratamiento como estos, pero Dios me abrió puertas y puso a personas también, conocí a Rony Odwen quien me comentó del Centro de Cáncer Emma Romero de Callejas, este hospital para mí fue una bendición, la doctora Flora Duarte tomó mi caso y pues siempre confié en los médicos de este lugar”
El Centro de Cáncer Emma Romero de Callejas, es un ente cuyo fin busca reducir los casos de cáncer a través de la educación y la prevención, así mismo atender sin distinción alguna con tratamiento a aquellos pacientes que buscan una salida a su enfermedad.
¿Tuvieron que extirparle alguna mama?
“Sí, la mama derecha, recuerdo que el oncólogo me dijo debemos quitar esa lesión y qué significaba eso, extirpar la mama afectada, para mí fue un impacto, algo tremendo, atentó contra mí feminidad, pero preferí eso a morir” expresó.
La extracción de su mama no sería la parte más difícil que pasaría Nora, ni la que acabaría con la enfermedad, la parte más devastadora y a la que aquellos que han atravesado un tipo de cáncer llaman la peor fase, son las quimioterapias.
¿Qué tan cierto es que el proceso de las quimioterapias es el momento más difícil de la enfermedad?
“Es como un veneno, como un bomba, pasar de cada una es como ganar un round porque es una lucha la que uno está peleando, dan vómitos, mareos, uno se desvanece, el organismo se pone muy débil, pero seguir las indicaciones de los médicos al pie de la letra sobrellevar todo ese duro proceso” detalló.
Dicen por ahí que la peor parte del cáncer no es lo que le hace al afectado sino lo que le hace a las personas que amas, la familia de Nora también sufrió el momento en carne propia, pero siempre fueron el pilar fundamental para que ella pudiese superar el dolor en cada quimioterapia
¿Cuándo termino su última quimioterapia?
“Fue en julio de este año, tuve mucho descanso me cuide, y luego pase a las radiaciones diarias que me hacía en el Enma Romero de Callejas, todo ha sido un largo proceso pero todo sea por desaparecer de lleno a este mal” explicó.
La caída del cabello es uno de los principales efectos de las quimioterapias, este se cae totalmente y deja a la persona sin una tan sola hebra, pero Nora dijo haber aceptado la realidad que le tocaba y continuar.
¿Cuándo su pelo se cayó, esto atentó contra su autoestima o no?
“Yo siempre tuve un distintivo, mi pelo, era colocha y a todos les gustaba, yo sabía que mi pelo se iba a caer, pero cuando vi la enorme cantidad que se venia fue impactante para mí, empecé a llorar, es algo inevitable, solo queda seguir” dijo Nora.
De tal manera relató que su familia siempre estuvo para ella que aunque ya no tuviera un pecho y su pelo se había caído por completo, sabía que para sus seres queridos seguía siendo la misma, la esposa y madre dulce que sus hijos y esposo tanto amaban, y el saberlo la hizo seguir adelante.
¿Durante la enfermedad existió ese momento en que el que Nora dijera “ya no puedo más” o pensó en la muerte?
“No, si hay momentos en los que uno se pone muy triste y llora, es un proceso difícil, pesado, doloroso emocionalmente, uno está luchando por su vida, pero nunca dije ya no puedo, solo me puse triste por mirarme en una situación como tal y decía Dios mío quiero estar bien, pero nunca significó la muerte para mí porque no lo estaba” expresó.
Según lo que Nora nos cuenta se ha caracterizado por ser una persona siempre activa y feliz, la enfermedad en un momento se había llevado todo eso que la distinguía de los demás, pero siempre tuvo la convicción de que el fin de esos terribles momentos llegaría.
¿Los médicos determinaron que la enfermedad ya desapareció?
“Hace tres meses me hice un examen para comprobar si aún tengo células cancerosas y salió que no, y me sentí tan feliz porque ese era mi temor y dije ya gané esta batalla” exclamó Nora.
¿Desea enviar un mensaje a esas personas que se encuentran atravesando la misma batalla o a esos familiares de esas personas que están luchando contra el cáncer, porque también se ven afectados por el proceso?
“A las personas que están sanas que se cuiden, a mujeres y también hombres explórense las mamas cuidemos nuestra salud dediquemos tiempo, perdamos miedo a la mamografía, no tengan miedo, es mucho más dolorosa una quimioterapia a una mamografía. Así como apartamos tiempo para muchas cosas apartemos para nuestra salud, comencemos temprano. A las personas que están pasando por este duro proceso, entreguen su salud a Dios porque solo uno no va a poder, es imposible, aférrese a Dios y al amor de su familia”.
Indiscutiblemente es una guerrera, como muchas otras personas que pasaron por la misma enfermedad, Nora ha demostrado con su testimonio que el positivismo y la valentía inundó su ser durante todo el proceso, hoy cuenta a otros que su fe por sanarse pudo más que cualquier otra cosa.
Ahora es la voz que invita a otros a explorarse, prevenir a tiempo cualquier enfermedad que pueda arrancarles de las manos la felicidad y la compañía de sus seres queridos. Concluimos con la certeza que la muerte no fue una opción para la valiente Nora Padilla.
Agradecemos su testimonió y esperamos que motive a muchas otras personas con el mismo caso.