La capital de Honduras, Tegucigalpa, tiene miles de historias que contar, historias que han cambiado el rumbo de individuos y de sus familias. Personas que vienen a la capital por buscar ese futuro que los pueda sacar adelante, sin importar si se está de bajo la lluvia, frió o en el imponente sol.
La historia de hoy es la de Luis Murillo, un hombre que por varios años se ha dedicado a la confección de las famosas palometas, papelotes, cometas, barriletes, o como usted las quiera llamar. Un hombre ejemplar que mantiene viva esta bonita actividad y se niega a que desaparezca, lo pueden ver a las cercanías del aeropuerto Toncontín.
Luis Murillo tiene 56 años. Aprendió a la edad de 6 años a realizar estas bonitas manualidades. Originario del departamento de Yoro, vino a la capital de nuestro país a probar suerte y a estudiar lo que más anhelaba, la carrera de medicina.
“Yo vine aquí a Tegucigalpa en mira de estudiar la carrera de medicina, pero lastimosamente se me deshicieron los planes. Yo soy técnico en laboratorio y también me dedico hacer los famosos barriletes para poder venderlos aquí en Tegucigalpa”, relató con mucho orgullo don Luis Murillo.
Murillo comentó que en Tegucigalpa tiene un aproximado de 30 años haciendo y vendiendo estos barriletes que han sido una forma de distraerse y servido como dinero extra con el cual ha podido ayudar a su familia con los gastos que se generan en la casa.
“Mire, lo que me motivo hacer estos barriletes creo que ha sido mi familia, ya que es un modo vivendum para ellos, a parte que también se ha convertido como una terapia ocupacional para poder destrozarse en momentos que se siente algo agobiado”, comentó Murillo.
Con cuatro hijos y tres nietos, Don Luis Murillo, manifestó que espera que sus nietos crezcan más para que ellos aprendan y puedan volar sus barriletes. Ya que quiere dejar esta bonita práctica como una tradición y que pase de generación en generación.
Los materiales para realizar estos bonitos barriletes son bastantes sencillos, pero la confecciones y el amor que le pone don Luis, los convierten en un producto de alta calidad, con los cuales se podrá tener muchas horas de vuelo y bastante alegría.
“Los materiales que se usan para realizas estos barriletes son: pegamento cola blanca, necesito también varilla de coco, varios papelillos de colores, hilo y algunos rollos de cáñamo”, contó don Luis.
Su hermano mayor fue responsable de que don Luis pudiera realizar estos hermosos barriletes a la edad de seis años, cuando aún vivían en el departamento de Yoro. Actualmente, don Luis vende estos barriletes a un precio de 50 lempiras, garantizando un producto de alta calidad.
“Todos los papelotes cuentan con el precio de 50 lempiras, si la gente quiere encargar de otro precio también se los hacemos, por eso no tenemos ningún problema. Si es un pedido grande se puede negociar otros precios, siempre les doy comodidad de compras”, manifestó don Luis.
Don Luis tarda un total de 30 minutos en confeccionar los barriletes. Primero arma el cuerpo del barrilete, uniendo las extremidades de la varilla de coco con hilo, luego coloca el papelillo con el pegamento de cola blanca, dejándolo a secar por varios minutos.
“Le podría decir que ya con la práctica, estos barriletes ya vuelan solos. He perfeccionado como hacerlos, y ahora se podría de decir que vuelan como más especialidad. Ahora solo los pongo y el viento se los lleva para arriba, antes tenía que batallar bastante para que vuelen”, contó.
Luis Murillo cuenta que las ventas de este año han sido regulares, debido a las personas han ido olvidando estas bonitas tradiciones que antes eras muy frecuentes entre todos los hondureños, ya que era una forma sana y barata de divertirse.
Sus clientes más frecuentes son padres de familia y profesores que mandan hacer una cantidad grande de barriletes, para realizar actividades junto a los niños, ya que buscan entretener sanamente a todos los infantes y sobretodo que recuperen el sentido de pertenencia hacia los juegos tradicionales.
Don Luis también se dedica a confeccionar pinturas, aceptando que es un loco empedernido del arte, de la pintura y también de las obras de teatro y recalcó que maneja todos los juegos tradicionales que hay en el país.
“Me encantan los juegos tradicionales, por si alguna persona está interesada y quisiera realizar un cumpleaños u actividad con juegos tradicionales, podemos amenizárselo con muchos juegos tradicionales, sin ningún problema”.
Si ustedes quieren comprar estos barriletes que realiza don Luis, lo pueden buscar en la zona del aeropuerto. A cercanías del City Mall lo podrán ver volándolos, también a la par de la gasolinera Uno, enfrente de un restaurante de comida rápida, encontrándolo los domingos a horas tempranas, otro lado donde lo podrán ver cerca del Mall Multiplaza.
Un último mensaje nos quiso dar don Luis relatando lo siguiente para aquellas personas que se rinden por no poder salir adelante con lo que hacen…
“Solo quería aprovechar este espacio para decirles a las personas que nunca se den por vencidas, siempre hay una forma de salir adelante. Yo lo hago en cierta forma reciclando y enseñándole que el desarrollo sostenible puede darse a través de del reciclaje para poder alimentar a toda su familia”.
Felicidades don Luis Murillo, por poner a volar los sueños de pequeños y grandes, y por mantener viva las tradiciones que poco a poco se han ido olvidando en todos los hondureños. Que Dios le siga dando mucha vida y sabiduría para seguir haciendo feliz a las personas que compraran sus productos.