Horacio Esau Arqueta Fúnez, mejor conocido como Lacho, es un hondureño de 37 años quien ha tomado la genial iniciativa de emprender un largo viaje alrededor de los 298 municipios de Honduras, la tierra que lo vio nacer.
Originario de Santiago Puringla, municipio del departamento de La Paz es un apasionado por las bellas tierras catrachas, pues ha contado con la opción de viajar y explorar otros países, pero ha escogido a Honduras como su primordial destino.
El viaje convierte a Lacho en todo un mochilero que lleva en el corazón el deseo de que muchas personas a través del mundo puedan conocer las riquezas que existen en este rinconcito, que representa el corazón de Centroamérica.
Conozcamos más sobre su interesante viaje…
¿Cómo nace la idea de recorrer los 298 municipios de Honduras?
“Fue mi papa quien me motivo, él murió de cáncer y en sus últimos días de vida el me decía en el hospital que yo estaba parado en un ladrillo y que debía conocer los demás ladrillos, que tenía que buscar algo que me llenará”.
El aventurero lleva consigo la necesidad de mostrar al mundo entero que Honduras posee maravillosas riquezas y buenas cosas por las cuales sus habitantes deberían sentirse desde siempre orgullosos.
¿Por qué escoger a los municipios de Honduras como su próximo destino?
“Nosotros como país estamos muy mal vistos en el exterior, los hondureños somos muy discriminados en otras partes, entonces decidí mostrar ese otro lado que las personas de afuera desconocen”.
Lacho cuenta que las personas de todos los municipios que hasta el momento ha visitado se les caracteriza por su cordialidad y simpatía, ya que asegura que a donde quiera que va le esperan con un caluroso recibimiento.
¿Cuántos municipios ha recorrido hasta el momento?
“Ya llevo 40, me programe de estar una semana por cada municipio, pero en algunos me estoy hasta 15 días porque la gente me dice que no me vaya, me invitan a sus hogares y me llevan a diferentes lugares”.
Un viaje significa tener buenas y malas experiencias, cuando se emprende algo se debe tener la total certeza de qué cosas buenas y malas podrán pasar, Lacho es testigo de esto.
¿Cuál ha sido el municipio que le ha dejado la mejor experiencia?
La más bonita, no puedo decir uno solo, pero Mercedes, Ocotepeque el primer departamento que recorrí me ha dejado sorprendido con su hospitalidad, me trataron muy bien, yo armando mi tienda de campo en el parque y la gente sin conocerme se acercaban a ofrecerme un lugar donde pasar la noche”.
Las personas han visto con buenos ojos la iniciativa de este aventurero pues ahora su visita es motivo de alegría y honor de los que a Lacho reciben.
¿Ha enfrentado alguna mala experiencia?
“Fue en Alianza municipio de Valle, no pude dormir toda la noche se me termino mi repelente, fue una noche de vigilia, realmente una noche de mosquitos, fue una experiencia muy dura, acababa de caminar unos 30 minutos y lo único que quería era descansar, pero no fue posible”.
Unos tienen tiempo pero no dinero y otros tiene el dinero pero no el tiempo, Lacho comenta que se necesita solo la intención de querer hacer lo que se desea. Su presupuesto es relativamente bajo y aún así se lanza a la aventura.
¿Cuánto es el presupuesto destinado para cada municipio?
“Destino 100 lempiras para cada día, trato de gastar lo menos posible con eso compro aguacates, huevos, tortillas ya que cocino y duermo donde me agarre la noche”.
Lo acompañan únicamente sus lentes de sol, su enorme mochila que pesa aproximadamente 42 de libras la cual contiene un sin fin de utensilios para el campo y por supuesto sus ganas por dejar en cada rincón del país una huella imborrable.
¿Qué porta dentro de la mochila?
“Ando comida, atún, pastas, trastes para cocinar, ropa, tienda de acampar, machetes y otros artefactos para poder sobrevivir a cualquier circunstancia del campo”.
Durante su estancia por cada lugar se enfrenta a largas caminatas, una vez que está situado en el alguno de los municipios se transporta ya sea a pie o a jalón pues el viajero asegura que de eso se trata la aventura, de adaptarse a las circunstancias.
¿Qué le diría a todas esas personas que tienen la intención de algún día emprender un viaje?
“Nosotros a veces soñamos con conocer Cancún envidiamos otras playas sin saber que tenemos Amapala, Trujillo que es una belleza, Yamaranguila en Intibucá, San Juan del Caite, San Miguelito, todos esos paisajes ahí escondidos y que a veces nosotros ponemos la excusa de que no vamos porque no tenemos dinero y no es así, no vamos porque no queremos, hay mucho por apreciar”.
Horacio ha nombrado a esta aventura como El Viaje de Lacho, en ella se encierran muchas intenciones como por ejemplo hacer honor al deseo de su padre quien hubiese querido verlo encontrar algo lo hiciera realmente feliz.
Sin duda alguna el padre de Lacho debe estar muy feliz y orgulloso desde donde quiera que se encuentre, y el país por su parte estará eternamente agradecido con su labor por demostrar a otros la riqueza humana, cultural y turística con la que cuenta nuestra hermosa Honduras.