Los seres humanos están pagando el daño que se le está haciendo al medio ambiente. Un reciente estudio ha confirmado que los humanos ingieren más de 74 mil partículas de microplástico al año, causando un daño que a la larga puede ser peligroso.
Hacer años el microplástico era un auténtico desconocido y todo eso cambio hace una década, cada vez son más frecuentes los estudios que hablan de su presencia en los lugares más insospechados, desde orina y heces humanas.
Los microplásticos son partículas de polímeros sintéticos que llegan de dos fuentes: se fabrican para realizar productos o ser resultados de la disolvencia de los plásticos en fuentes de agua y otros lugares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que no hay evidencias sólidas de que la presencia de estas partículas en el agua potable sea una amenaza grave de salud pública. La alerta sobre la contaminación por plásticos llegó desde el mar.
Estos residuos han creado la que se conoce como isla de plástico o isla basura en el norte del océano Pacífico, o las terribles imágenes de animales muertos con el estómago lleno de plásticos o enredados en ellos.
Los microplásticos pueden seguir degradándose hasta partículas manométricas, a futuro podrán atravesar la pared de las células por lo que hay que estudiar si esto es así y que efectos podrían causar en el cuerpo humanos, es por eso que los seres humanos tienen que buscar una forma de cuidar los residuos que son desechables.