Hace algunas semanas estábamos desarrollando el programa RadioHouse con total normalidad, cuando de repente nuestro compañero Eduardo Bennett dijo algo fuera de lugar. No sé, quizá fue un momento de desconcentración, así como le puede pasar a cualquiera.
El detalle es que el señor Jacobo Hernández le dijo lo siguiente: “Eduardo… ¡Andas más perdido que el hijo de Limber!”.
Todos entendimos la referencia, pues es una frase que hemos utilizado o hemos escuchado a lo largo de nuestras vidas, sin embargo Bennett nos sorprendió a todos con su reacción.
“¡Deja al hijo de Limber en paz! No tiene nada que ver con esto”, mencionó mientras se reía.
Y fue cuándo nos cayó el veinte; Eduardo Bennett pensaba que hablábamos de Limber Pérez, exfutbolista hondureño y actual licenciado en Periodismo, recordado por muchos momentos únicos, entre ellos dar la asistencia del 2-0 ante Brasil en la Copa América 2001.
El momento en la cabina de RadioHouse fue bastante cómico, pero más allá de eso también me hizo preguntarme: ¿Por qué a veces decimos frases que de repente no conocemos?
Por ello me di a la tarea de investigar qué significa que alguien esté tan perdido como el hijo de “Limber”.
EXPLICACIÓN
Lo primero que debemos aclarar es que no se trata del hijo de Limber Pérez, en realidad el nombre es distinto, pues la verdadera frase es la siguiente: “¡Más perdido que el hijo de Lindbergh!”.
¿Quién era Lindbergh?
Bueno, aquí comienza la historia, la cual lamentablemente es triste.
Charles Augustus Lindbergh fue entrenador militar aéreo de los Estados Unidos y un aviador de vuelos comerciales. En su carrera logró varias cosas importantes, como en 1927, cuando se convirtió en el primer piloto en cruzar el océano Atlántico, uniendo el continente americano y el continente europeo, en un viaje sin escalas, en solitario.
Era una figura famosa en Estados Unidos; estaba casado con una aristócrata y justos tuvieron un hijo, cuyo nombre era Charles Lindbergh Jr.
El 1 de marzo de 1932 el aviador llegó a su hogar por la noche, disfrutó de la cena con normalidad mientras su bebé de 20 meses descansaba, o bueno, al menos era lo que creían.
La enfermera que estaba en servicio tocó la puerta de la habitación de la señora Lindbergh y consultó: “Señora, Usted tiene el bebé?”. En ese momento todos entraron en pánico, ya que al subir se dieron cuenta de que su hijo no estaba.
“Ana, nos han robado a nuestro bebé”, habría dicho con voz agitada el aviador.
Tras las respectivas investigaciones se informó que Charles Lindbergh Jr. fue secuestrado por Bruno Richard Hauptmann Giugni, quién el 3 de abril de 1936 fue ejecutado en la silla eléctrica en la prisión estatal de New Jersey por haber sido encontrado culpable.
Este lamentable hecho fue conocido como “El Crimen del Siglo”, mismo que sigue en tela de juicio. El detalle es que pasaron cinco semanas de una intensa búsqueda tras su desaparición, cuando en un bosque cercano a la casa de los Lindbergh se halló semienterrado el cuerpo descompuesto de un bebé, el cual había sido asesinado por un golpe en el cráneo.
Aún existen dudas si el cuerpo encontrado era el del bebé que se buscaba, pero de la historia dio vueltas en el mundo, tanto así que la frase “¡Más perdido que el hijo de Lindbergh!” no ha desaparecido con el paso del tiempo.
SIGNIFICADO DE LA FRASE EN LA ACTUALIDAD: Dícese de aquella persona que no tiene ni remota idea de lo que ocurre a su alrededor.